Las autoridades a cargo de la Torre Eiffel desmintieron los rumores de que el célebre monumento parisino esté lleno de óxido y deba ser desmontado y reparado más allá de las obras en curso, que se están llevando a cabo con el fin de repintar el símbolo de la capital francesa para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Las alertas se dispararon al publicar la revista semanal Marianne una serie de datos que corresponden a informes redactados entre 2010 y 2016, en los que se hablaba de más de 800 fallas en la construcción y el mantenimiento de la torre, además de resaltar sus altos niveles de corrosión.

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«Por primera vez en su historia decapamos la torre, es decir, quitamos todas las capas de pintura» y «descubrimos que el hierro forjado estaba impecable«, dijo a AFP Patrick Branco Ruivo, el director general de la empresa operadora de la Torre Eiffel. Según dijo, la estructura «nunca ha estado tan bien conservada como ahora», en medio de su vigésima ‘campaña’ de pintura.

Branco Ruivo aseguró que el monumento, de 133 años, «seguirá en pie con este hierro impecable», y subrayó que el proyecto de pintura iniciado en 2019 tiene como objetivo «tratar y proteger» la emblemática construcción.

En cuanto a los más de 800 defectos mencionados por Marianne, de un total de 18.000 piezas, se trata en su mayoría de partes que no habían recibido la máxima calificación, explicó el director de la empresa.

«Los 68 elementos que fueron objeto de alerta eran secundarios», afirmó Branco Ruivo, al asegurar que su sustitución progresiva está en marcha.