La ‘paradoja de la amistad’ encuentra una explicación matemática en EE.UU.
Las amistades tienen una clara dimensión cuantitativa y su indicador clave es el número de amigos que tiene cada persona. Tanto en la vida real, como en las redes sociales, esta cifra varía entre dos o tres y miles de individuos, pero estos números tienen una cierta explicación, como la popularidad o la sociabilidad de cada uno.
Un equipo de matemáticos de la Universidad de Michigan y del Instituto de Santa Fe (EE.UU.) ha podido ahondar en la paradoja que rodea estas cifras.
Desde 1991, el mundo científico —tanto los sociólogos como los informáticos— conoce el efecto llamado ‘paradoja de la amistad’, según el cual la mayoría de las personas tienen menos amigos que los que sus amigos tienen de promedio. En 2012, un estudio confirmó que esto es cierto para las redes sociales, algo que requirió el análisis de las cuentas de 721 millones de usuarios en Facebook y la base completa de tuiteros.
Muchas personas tienen la impresión de que sus amigos tienen más éxito y son más populares, más atractivos y más ricos que ellas y, gracias a esta sorprendente paradoja, la ciencia demuestra que esto no es solo una impresión y que existen razones objetivas para pensar así. En otras palabras, no sería culpa suya que tenga usted menos amigos que la mayoría de estos amigos, sino que se trata de una consecuencia natural de las leyes de la estructura de la red.
Los cálculos de los matemáticos estadounidenses señalan que las personas bastante populares tienen más probabilidades de ser amigos entre sí, mientras que aquellas que son menos populares tienen más probabilidades de ser amigos de los menos populares.
Si la comunidad de amigos de una persona es heterogénea, e incluye tanto a personas populares como no tan populares, un efecto aparente sería el de que tiene más éxito en sus amistades, aunque la paradoja de la amistad tiende a manifestarse más con este individuo. Por el contrario, el mismo efecto resulta atenuado cuando la comunidad de amigos de la persona es más homogénea y su comportamiento social más selectivo.
Todos deberíamos «simplemente desconfiar de las impresiones que nos dejan nuestro éxito y estatus social al mirar a las personas que nos rodean, porque sacamos una visión distorsionada», sugiere en un comentario el investigador George Cantwell.
En su opinión, la paradoja de la amistad no es tan perceptible en la vida real, porque cada uno se rodea con sus semejantes. Mientras tanto, «en las redes sociales en línea, el efecto puede exacerbarse», puesto que «prácticamente no tiene límite la cantidad de personas que pueden seguir a uno en línea y no hay razón para mirar solo a personas ‘similares'».
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores calcularon las diferencias entre las características de cada nodo en la red y el promedio de las mismas características para los miembros de este nodo, estableciendo a continuación la distribución de estas diferencias para tres clases de redes modelo, y construyendo un modelo aleatorio de una red de personas.
El artículo científico de este equipo fue publicado a finales de mayo en Journal of Complex Networks y se encuentra en acceso libre.
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