La OMS admite que el remdesivir y otros fármacos usados contra el covid-19 tienen poco o ningún efecto: ¿qué alternativas existen hoy?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló la semana pasada que el remdesivir, así como algunos otros fármacos de los que se pensaba que podían ser eficaces en el tratamiento del covid-19, no mostraron ningún resultado positivo contra esa enfermedad en el marco de un ensayo clínico. El remdesivir, uno de los medicamentos más esperanzadores, había sido aprobado para su uso en varios países.

Tras esos resultados, los especialistas siguen realizando estudios para encontrar alternativas. ¿Cuáles son los candidatos más probables, entre los fármacos existentes, para suavizar el impacto de la enfermedad y reducir el número de víctimas?

El estudio de la OMS y sus resultados

Meses antes de que se dieran a conocer los resultados de ese estudio de la OMS, el pasado 1 de mayo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el uso de emergencia del remdesivir. Utilizado desde entonces en varios países, fue uno de los medicamentos que se le suministraron ​​recientemente al presidente Donald Trump, cuando este dio positivo al SARS-CoV-2.

Sin embargo, el inesperado resultado del ensayo clínico internacional Solidarity, de la OMS, y cuya versión preimpresa fue publicada el 15 de octubre en el portal medRxiv, mostró que el fármaco no es eficaz contra el coronavirus. Aparte del remdesivir, el estudio evaluó los efectos de la hidroxicloroquina, la combinación de medicamentos anti-VIH lopinavir/ritonavir y el interferón, aplicados a un total de 11.266 pacientes adultos en 405 hospitales de 30 países.

De acuerdo con la investigación, los régimenes de tratamiento con dichos fármacos parecieron tener «poco o ningún efecto» sobre la mortalidad en el transcurso de 28 días, o en la duración del curso hospitalario entre los pacientes hospitalizados con covid-19. Las pruebas de la hidroxicloroquina y la combinación de lopinavir/ritonavir se suspendieron ya en junio, tras demostrarse ineficaces.

En ese contexto, la compañía Gilead Sciences, que desarrolló el remdesivir, publicó un comunicado en el que afirmó que los resultados «parecen inconsistentes con la evidencia más sólida de los múltiples estudios aleatorios controlados publicados en revistas revisadas por pares que validaron el beneficio clínico» del fármaco. «Los beneficios del Veklury [remdesivir] fueron demostrados en tres ensayos clínicos aleatorios y controlados, incluso un ensayo clínico aleatorio, doble ciego y controlado con placebo (ACTT-1): el estándar de oro para evaluar la eficacia y seguridad del fármaco en investigación», sostuvo la empresa.

«Nos preocupa que los datos de este ensayo global de etiqueta abierta no se hayan sometido a la rigurosa revisión necesaria para permitir una discusión científica constructiva, especialmente dadas las limitaciones del diseño del ensayo», destacaron desde Gilead Sciences.

El remdesivir fue estudiado también por la farmacéutica estadounidense Eli Lilly and Company. En septiembre, la empresa señaló, tras un estudio con más de 1.000 participantes, que la combinación del baricitinib —un fármaco utilizado para tratar la artritis reumatoide severa— y el remdesivir puede reducir el período de recuperación de un infectado.

Las conclusiones de la OMS, sin embargo, no resultaron ser fatales para el remdesivir, ya que este 22 de octubre recibió la aprobación de la FDA, convirtiéndose de esa manera en el primer y por el momento único fármaco cuyo uso se autoriza formalmente para el tratamiento del covid-19 en EE.UU.

Alternativas

Tras la publicación de los primeros resultados del estudio, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó que el proyecto todavía no ha llegado a su fin y que se siguen estudiando los efectos de otros medicamentos, incluyendo anticuerpos monoclonales y nuevos antivirales, y que se está reclutando a unos 2.000 pacientes cada mes.

El uso de anticuerpos monoclonales fue estudiado también por Eli Lilly and Company, pero la semana pasada la farmacéutica anunció que su ensayo clínico se detuvo por motivos de seguridad. Una portavoz de la firma señaló que esta acepta la recomendación de la Junta de Monitoreo de Seguridad de Datos (DSMB, por sus siglas en inglés), un grupo independiente de expertos médicos que monitorea los ensayos clínicos y que había recomendado una pausa en las pruebas denominadas ACTIV-3.

De momento, el medicamento más prometedor en la lucha contra el coronavirus es la dexametasona. Los autores del proyecto ‘Recovery’ (Recuperación), que se lleva a cabo en el Reino Unido, indicaron en junio que el fármaco reduce la tasa de mortalidad de los pacientes con ventilación artificial en aproximadamente un tercio, en comparación con el grupo que recibió atención estándar. Los especialistas precisaron que el riesgo de muerte para los pacientes graves con ventilación artificial se redujo del 40 % al 28 %.

Martin Landray, profesor de Medicina y Epidemiología en el Departamento de Salud de la Población en la Universidad de Oxford y uno de los principales autores del estudio, explicó que estos hallazgos sugieren que por cada ocho pacientes tratados con ventiladores, se podría salvar a uno si todos reciben dexametasona. Al mismo tiempo, según la investigación, el fármaco no tuvo ningún efecto en los pacientes que no requirieron asistencia respiratoria, fuese mediante un ventilador o máscara con oxígeno.

El director general de la OMS también evaluó de manera positiva el efecto de la dexametasona y la semana pasada afirmó que, hoy por hoy, es el único fármaco que ha demostrado ser eficaz contra la forma más grave de covid-19.

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