La OEA se suma al tablero en Perú: ¿podrá destrabar la crisis de Pedro Castillo o agudizarla?

La interminable crisis política en Perú suma un nuevo actor a partir de este lunes, con la llegada a Lima de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se ha propuesto desescalar las turbulencias que acosan a Pedro Castillo desde su llegada el poder.

El mandatario es el primero en reunirse con la misión. Según Castillo, el propósito de la visita es que el Grupo de Alto Nivel conozca «lo que sucede en el Perú y cómo algunos sectores quieren poner en peligro la democracia y estabilidad del país», escribió en sus redes sociales.

He recibido al Grupo de Alto Nivel de la @OEA_oficial para que conozcan lo que sucede en el Perú y cómo algunos sectores quieren poner en peligro la democracia y estabilidad del país con mentiras para golpear una gestión enfocada en trabajar por el progreso e igualdad para todos. pic.twitter.com/BOY1k5xjpc

— Pedro Castillo Terrones (@PedroCastilloTe) November 21, 2022

La delegación tiene previsto también reunirse con el jefe del Congreso, José Williams; y la presidenta del Poder Judicial, Elvia Barrios. La misión se ha propuesto recabar información de primera mano sobre el conflicto en el país andino, que se ha caracterizado por la confrontación entre los poderes del Estado.

La presencia de la misión se produce un mes después de que el Gobierno peruano activara en la OEA la Carta Democrática Interamericana, un mecanismo que tiene como objetivo velar por la democracia en situaciones de inestabilidad política.

Tras su visita al país, la agrupación realizará un informe de la situación que presentará ante el Consejo Permanente de la OEA para su evaluación.

¿La democracia en peligro?

La víspera, diversas organizaciones opositoras protagonizaron una marcha el domingo para pedir la dimisión de Castillo, quien tiene abiertas varias investigaciones por parte de la Fiscalía, por presuntos hechos de corrupción como tráfico de influencias y colusión agravada.

El mandatario, sin embargo, considera que las causas en su contra son una argucia judicial para sacarlo del poder «con mentiras» y para «golpear una gestión enfocada en trabajar por el progreso e igualdad para todos».

No obstante, en declaraciones a medios locales, la presidenta del Poder Judicial consideró que su encuentro con la misión le permitirá demostrar que en Perú «los jueces actúan de manera independiente y cada uno de ellos responde a los requerimientos del Ministerio Público», por lo que no hay ninguna «persecución política», como ha acusado Castillo.

#CongresoInforma l El Grupo de Alto Nivel de la OEA llega al Palacio Legislativo para reunirse con el presidente del Congreso, José Williams, y representantes de grupos parlamentarios. pic.twitter.com/f0Bk6zNdGJ

— Congreso del Perú 🇵🇪 (@congresoperu) November 21, 2022

El domingo, Barrios calificó de innecesaria la visita de la misión. «Pero qué bueno que estén acá y la entrevista va a ser fructífera», refirió la magistrada, tras darle un espaldarazo a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, por los ataques de Castillo. «Me solidarizo contra todo acto que luche contra la corrupción. Lo estoy diciendo directamente», aseveró.

De acuerdo al programa difundido por varios medios, el grupo de la OEA también tiene previsto entrevistarse esta tarde con Benavides, quien tiene abiertas investigaciones contra el mandatario y su entorno.

La agenda de actividades de la misión de la OEA contempla, además, una reunión con el líder del Legislativo en horas de la mañana, que se realizará en la sala Grau del Parlamento, aunque hasta ahora no se ha confirmado si también asistirán los líderes de las diferentes bancadas.

Prueba de fuego

El fin de semana, el exanciller paraguayo y portavoz de la misión, Eladio Loizaga, aclaró que la misión emprenderá «gestiones que promuevan el diálogo y fortalezcan el sistema democrático de gobierno», aunque reconoció que no será posible «escuchar a todos».

En su breve mensaje, difundido por las redes sociales de la OEA, el diplomático aseguró que los integrantes de la misión están «sumamente comprometidos» con la tarea. «Sabemos que nuestra visita ha levantado gran expectativa en Perú, que cualquier gesto que hagamos o cualquier palabra que digamos, habrá quien lo interprete como una toma de posición del grupo, en uno u otro sentido. Nada más lejos de esta realidad», apuntó.

Más allá de un asunto protocolar, lo cierto es que el precedente de las gestiones de la OEA resulta poco halagador. Al menos en 2019, cuando se convocó una misión para atender la crisis política en Bolivia, el informe elaborado fue fuertemente cuestionado y terminó siendo un aliciente para el golpe de Estado contra Evo Morales.

Tras publicarse el documento, las Fuerzas Armadas del país lo usaron para justificar la ruptura del orden constitucional, con el aval al Gobierno de facto de Jeanine Áñez, y para perpetrar una ola represiva que dejó el saldo de las masacres de Sacaba y Senkata.

Desde entonces, la OEA ha sufrido una crisis de credibilidad, azuzada por la actuación parcializada de su secretario general, Luis Almagro, quien actualmente está siendo investigado por el propio organismo por la presunta relación que mantuvo con una subordinada. En junio pasado, el presidente argentino, Alberto Fernández, insistió en que la organización requería una reestructuración si quería ser «respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada».

Ahora, con la misión desplegada en Perú, el organismo multilateral tendrá la posibilidad de demostrar qué tan urgente –o no– es la necesidad de refrescar sus estructuras. Del mismo modo, a la luz de lo ocurrido en Bolivia, será su prueba de fuego para ver si está en capacidad de resolver un conflicto en vez de atizarlo.

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