La historia del país en los últimos 40 años es narrada por sus actores
Wagner Bolaños
Servidor legislativo desde 1979
Un testigo de vida parlamentaria en dos siglos distintos
Trabajo en la legislatura desde 1979. He vivido muy buenas experiencias, pues tuve el gusto de interrelacionarme con exlegisladores y expresidentes que marcaron la historia del país, como Otto Arosemena Gómez, León Febres-Cordero, Rodrigo Borja Cevallos, Carlos Julio Arosemena, entre otros.
Con Rodrigo Borja entablé una amistad, puesto que en el Parlamento, antes, la cotidianidad era diferente a la actual. Existía una dinámica más fluida, tranquila, debido al número de legisladores que había en ese entonces; desde 1979 hasta inicios de los 80 no pasábamos de 100 funcionarios.
A fines de los 80 se estableció la Cámara Nacional de Representantes. Nuestra jornada y la de los parlamentarios era de cinco días a la semana; de lunes a jueves trabajábamos de 16:00 hasta el amanecer. En ocasiones pasábamos dos días en el pleno, mientras que en la sesión del viernes, que era conocida como la “sesión de recreo”, se presentaban proyectos de resolución, se recibían comisiones generales, todo lo que no era legislación. El trabajo era más serio y abundante.
Sobre la imagen del Congreso, presenciar las agresiones físicas y verbales entre diputados para mí fue lo más triste, pero también existía gente preparada y educada, como Jaime Hurtado González, que nunca pretendió pegar a nadie. Mientras que en otros casos todo era a la fuerza, como fue con los Bucaram. También fui testigo del cambio tecnológico de la Asamblea. (I)