La experiencia de la Isla de Pascua podría servir de lección a los futuros colonos de Marte
Los científicos estadounidenses Carl Lipo y Robert DiNapoli, de la Universidad de Binghamton, estudiaron la vida en aislamiento de los antiguos habitantes de Rapa Nui, nombre local de la Isla de Pascua y de su población, para analizar qué problemas podrían enfrentar los primeros migrantes a Marte y cómo resolverlos de manera eficiente.
En un estudio publicado en la revista PLOS One, los investigadores, junto con sus colegas Mark Madsen, del Departamento de Antropología de la Universidad de Washington, y Terry Hunt, del Honors College y la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona, explicaron cómo las complejas estructuras comunitarias de la isla ayudaron a su población a sobrevivir en aislamiento desde los siglos XII-XIII y hasta los primeros contactos con los europeos (en 1877), que exterminaron a sus habitantes hasta dejar solo 111 individuos y barrieron con gran parte de la cultura indígena, según un comunicado de la Universidad de Binghamton.
A pesar de su pequeño tamaño, de tan solo 164 kilómetros cuadrados, la isla fue habitada por varios clanes de pequeñas comunidades que se mantenían separadas tanto cultural como físicamente, aun cuando la distancia entre sus asentamientos podía ser de apenas unos 500 metros.
Un análisis de ADN e isótopos de los restos de aquellos habitantes, así como de las variaciones esqueléticas entre comunidades, mostró que no se alejaban mucho ni se casaban fuera del grupo, protegiéndose así de alteraciones determinadas por la llamada deriva genética.
Pero en el caso de Rapa Nui no se trataba de cambios genéticos, sino culturales. De hecho, una de las principales tareas de una población humana pequeña y aislada es transferir con éxito sus conocimientos y habilidades importantes. Si el portador de esas habilidades muere repentinamente sin transmitirlas a la generación siguiente, esta última afrontará serios problemas, hasta llegar a la eventual desaparición de toda la población.
Al explorar el impacto de los patrones espaciales característicos de la isla en cuanto a la retención de información cultural, Lipo y DiNapoli descubrieron que cuanto mayor sea el número de subgrupos con interacción limitada, más probable será que una población retenga la información potencialmente beneficiosa. Eso ocurre incluso si la población total es tan pequeña como la de Rapa Nui, con sus 3.000-4.000 individuos antes de los primeros contactos con los europeos.
«Esto podría ser potencialmente un factor realmente importante para un cambio en la historia de la humanidad en general», según DiNapoli.
Las lecciones de la Isla de Pascua pueden ayudar a sobrevivir a los futuros colonos de Marte, sugieren los científicos. «Se convertirán en una Isla de Pascua aislada en medio del espacio», dijo Lipo.