La expareja de Epstein habla por primera vez de su «infierno» en la cárcel

Ghislaine Maxwell, expareja y supuesta proxeneta del fallecido magnate estadounidense Jeffrey Epstein, se ha pronunciado por primera vez durante sobre su reclusión en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn (Nueva York, EE.UU.), denunciando las condiciones «inhumanas» en las que vive desde hace 16 meses.

En una entrevista exclusiva con Daily Mail, la acusada habló de las dificultades a las que se enfrenta al hacer cosas tan esenciales para el bienestar de cualquier persona como tomar una ducha o hacer sus necesidades.

«Antes, yo iba al baño con el alcantarillado abierto, por el que solía entrar una rata de aspecto amigable», dijo Maxwell. «Se lo comenté a las guardianas, pero no me hicieron caso hasta que un día la rata se asomó por el agujero y se dirigió a una de ellas […] Al final, el alcantarillado sí fue tapado”.

«Antes, yo solía tomar una ducha todos los días», continuó la acusada, «pero dejé de hacerlo por las guardianas aterradoras que estaban paradas muy cerca de mí, mirándome todo el tiempo«, confesó la mujer, que describe su vida allí como «un infierno».

El hermano de Maxwell denunció en su día en una entrevista con Sky News el maltrato físico que sufría a manos las guardianas, calificándolo de «violación fundamental de los derechos humanos» con «el fin de destruirla».

El pasado mes de abril, apareció la primera foto de Maxwell desde la cárcel, en la que presenta con un moretón debajo de un ojo. La imagen rápidamente se difundió en línea, desatando una profunda controversia acerca del trato que recibe en prisión.

La supuesta cómplice de Epstein, que se suicidó en su celda en agosto de 2019 mientras se encontraba a la espera de juicio por tráfico sexual de menores, afronta 80 años de prisión. Esta semana se le negó por cuarta vez la libertad bajo fianza. El próximo 15 de noviembre comenzará la elección del jurado, mientras que el inicio del juicio está previsto para dos semanas más tarde.