La cúpula de la Iglesia católica argentina rechaza la legalización del aborto y afirma que «ahondará aún más las diferencias» en el país

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó este miércoles su rechazo a la sanción de la ley que despenaliza el aborto, y consideró que «ahondará aún más las divisiones» en el país.

Para el organismo que representa a los obispos de la Iglesia Católica, la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), aprobada esta madrugada por el Senado, demuestra «la lejanía de parte de la dirigencia del sentir del pueblo«.

«La Iglesia en la Argentina quiere ratificar junto a hermanos y a hermanas de distintos credos, y también a muchos no creyentes, que continuará trabajando con firmeza y pasión en el cuidado y el servicio a la vida«, sostiene un comunicado firmado por el titular de la CEA, monseñor Oscar Ojea.

Comunicado de prensa ante la legalización de la interrupción del embarazo en la República #Argentina.#Comunicación#CEApic.twitter.com/jdT3cZWSCM

— Conferencia Episcopal Argentina (@EpiscopadoArg) December 30, 2020

El documento señala además que la Iglesia católica continuará junto a los argentinos defendiendo las «auténticas prioridades» que «requieren urgente atención», entre las que se enumera a los niños pobres, los menores no escolarizados y «la apremiante pandemia del hambre y la desocupación».

La Conferencia Episcopal de Argentina había dicho, previo a la votación en el Senado, que el Gobierno tenía una «febril obsesión por instaurar el aborto«.

Por su parte, el ministro de Salud, Ginés González García, celebró este miércoles el resultado de la votación y respondió a las reacciones de la Iglesia, al señalar que «no puede la creencia estar por encima de la evidencia«.

El funcionario reconoció, sin embargo, que el Gobierno se enfrenta ahora a «un desafío«, ya que la ley «no será fácil de aplicar» debido a la resistencia de los sectores conservadores y religiosos.

La nueva ley IVE, que legaliza el aborto hasta la semana 14 de gestación y a partir de los 16 años, fue aprobada en la cámara alta por 38 votos afirmativos contra 29 negativos y una abstención.