La corte electoral de Brasil toma medidas contra Bolsonaro
Después de años de afirmar que el sistema electoral brasileño era vulnerable al fraude, el presidente del país, Jair Bolsonaro, ignoró el lunes la fecha límite de la corte electoral del país para que presentara pruebas de sus acusaciones. Y el organismo, a su vez, adoptó una de sus medidas más firmes hasta ahora para evitar que Bolsonaro erosione la confianza en las próximas elecciones del país.
Según dos ministros de Bolsonaro, su gobierno barajó presentar una recopilación de videos y documentos, la mayoría de los cuales el presidente de ultraderecha ya mostró de forma pública el 29 de julio, y que la corte que supervisa y administra las elecciones ha desmentido.
La orden del gobierno de que la Policía Federal buscara pruebas de fraude electoral en los últimos 25 años no produjo ningún ejemplo de esa clase, dijeron los ministros, que hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato por temor a sufrir represalias del presidente.
Uno de los ministros y la oficina de prensa de la corte electoral confirmaron que no se habían presentado pruebas.
Bolsonaro ha afirmado que el sistema brasileño de voto electrónico no es fiable y hace imposible auditar los resultados. En esa línea, ha defendido una enmienda constitucional que produciría un recibo impreso de cada voto, visible para el votante, antes de ser depositado en un contenedor sellado para su posterior revisión, si es necesario.
Los analistas han expresado su preocupación porque Bolsonaro, que va por detrás en los sondeos de opinión para su campaña de reelección de 2022, siga el ejemplo del expresidente Donald Trump, que instó a sus seguidores a rechazar su derrota en las urnas.
La corte electoral ha rechazado sus afirmaciones como sin base, afirma que el sistema es fiable y que hay varias formas de comprobar los resultados. El presidente de la corte, Luís Roberto Barroso, dijo en su momento a AP que la reforma propuesta sería una solución arriesgada para un problema que no existe, y que crearía oportunidades para la compra de voto y las acusaciones de fraude.
La corte aprobó por unanimidad el lunes solicitar a la Corte Suprema que se investigue a Bolsonaro dentro de las pesquisas sobre la difusión de noticias falsas. También acordó abrir su propia investigación sobre Bolsonaro por sus afirmaciones, que según escribió la corte en su decisión, podrían suponer diversos delitos, incluido abuso de poder económico y político, un uso inadecuado de medios sociales, corrupción, fraude o hacer campaña antes del plazo legal.
El mandatario prometió la semana pasada que presentaría la pruebas del fraude, que afirma poseer desde hace mucho tiempo.
En una aparición en vivo en la televisión estatal y en sus cuentas de medios sociales ha mostrado videos que circulan en internet desde hace años y unas tablas con la tabulación del voto en las elecciones presidenciales de 2014, aunque el partido que perdió esos comicios dice que fueron limpios.
Al final, Bolsonaro admitió que no tenía pruebas concretas.
“No hay forma de demostrar si las elecciones fueron fraudulentas o no. Hay indicios. El crimen se descubre con varios indicios”, dijo a su público durante su presentación de casi tres horas el 29 de julio.
Bolsonaro aprovechó la oportunidad para arremeter contra su probable rival en las elecciones del año que viene, el expresidente Luiz Inácio Lula de Silva, que según varios sondeos superaría a Bolsonaro en una segunda vuelta por diez puntos o más.
Esa noche, la corte electoral hizo una verificación en directo de las afirmaciones de Bolsonaro a través de sus medios sociales. El lunes publicó una carta firmada por 15 expresidentes, además del actual presidente y el próximo en ocupar el cargo, que negaron cualquier fraude desde la introducción del sistema de voto electrónico a partir de 1996.
Los dos ministros que hablaron bajo condición de anonimato dijeron que si bien no hay pruebas de fraude electoral, la insistencia del presidente ha servido para consolidar su base de votantes, como mostraron las protestas callejeras del domingo en al menos 15 capitales estatales.
En Río de Janeiro, miles de personas se reunieron junto a la playa de Copacabana coreando lemas y mostrando carteles como “¡VOTO AUDITABLE YA!”. Un avión sobrevoló la zona con la misma exigencia escrita en una bandera.
“Nuestro voto lo comprueban unos jueces, unos miembros de la corte electoral, en una habitación secreta. Queremos que se cuente en cada sección electoral de Brasil”, dijo la profesora Marquele de Souza.
El conteo se hace de forma automática en cada dispositivo de voto electrónico, que retransmite los datos a través de una red cifrada.
Ricard Penteado, un abogado especialista en derechos electorales y políticos, indicó que las instituciones brasileñas tardaron demasiado en reaccionar a las duras acusaciones de Bolsonaro, de modo que son parcialmente responsables de dejarle que domine la conversación nacional.
“No importa cómo o cuáles sean los argumentos. Esto es una pelea de alguien que no tiene razón y no trata de perfeccionar el sistema democrático”, dijo Penteado, miembro de la comisión de derechos electorales en el estado de Sao Paulo. “Más bien, es para desestabilizar el sistema y desacreditar al sistema judicial”.
Christoper Garman, director gerente para las américas en la consultora de riesgo político Eurasia Group, dijo que no ve ningún peligro de que el Ejército brasileño respalde a Bolsonaro si impugna los resultados, ni siquiera si gana un izquierdista como Da Silva. Eso implica que los riesgos para la gobernabilidad tras los comicios son “insignificantes”, según escribió el lunes en una nota de investigación.
“Los países centristas en el Congreso desde luego se unirán a quien gane las elecciones para obtener acceso a puestos de gobierno, y cualquier esfuerzo de Bolsonaro por socavar el resultado electoral sólo servirá para unir al resto de la clase política en defensa de quien sea elegido”, escribió Garman. “Eso último es especialmente cierto si se producen actos de violencia durante el proceso electoral”.
La Corte Suprema celebró el lunes su primera sesión tras un receso de varias semanas. La jornada comenzó con un encendido discurso del juez que preside la institución en defensa de la democracia y de Barroso, que preside la corte electoral y ha sido un blanco habitual de las críticas de Bolsonaro.
“Siempre vigilantes de las instituciones y la democracia de un país, los jueces deben estar atentos al momento adecuado de alzar su voz ante las posibles amenazas”, dijo el juez Luiz Fux.