Italia pierde casi la mitad de su agua debido a fugas en las tuberías
El severo deterioro de la red de tuberías en Italia se traduce en un desperdicio promedio del 42 por ciento del agua en todo el país, reseña The Washington Post. La tasa de pérdida —calculada como la diferencia entre la cantidad de agua que ingresa al sistema y la cantidad de agua que pagan los consumidores— es notablemente más alta en algunas regiones: en la provincia de Frosinone, al sureste de Roma, es del 80 por ciento.
La peor situación se registra en el sur y sureste de Italia, donde algunas tuberías no se han cambiado en 70 años. El Gobierno italiano ha incluido el obsoleto sistema de suministro de agua en una larga lista de problemas en los que gastará parte del tramo de la Unión Europea de 191.500 millones de euros (227.600 millones de dólares). Roma recibirá estos fondos como país significativamente afectado por la pandemia de coronavirus.
Eliminar estas fugas es un problema especialmente acuciante, ya que los expertos predicen una reducción de las precipitaciones en los próximos años en el sur de Italia y una posterior disminución del nivel de agua en los ríos y arroyos. Además, según el medio, las lluvias se han vuelto más cortas e intensas en los últimos años, lo que ha provocado más evaporación y pérdida de agua.
La región más seca
Si hay una región italiana con interés mayor en cuidar sus recursos hídricos, esa es Puglia, una de las zonas de Europa con más escasez de agua, según señala el periódico. Ubicada en el sureste del país, cuenta con 21.000 kilómetros de tuberías de agua.
Aunque puede haber otras explicaciones para las fugas, incluido el hecho de que particulares accedan ilegalmente al sistema, las autoridades aseguran que la mayor parte del problema se debe al cambio diario en la presión del agua, ya que la gente aumenta el uso durante el día y lo frena durante la noche, lo que ejerce presión sobre las tuberías, especialmente si son viejas.
En ese sentido, Acquedotto Pugliese, la empresa que proporciona los servicios de agua a la región, está pagando por los errores de décadas anteriores. A fines de los años 90, la compañía fue colocada por la fuerza bajo el control de un comisionado externo, en medio de lo que el Senado italiano describió como «insuficiencia gerencial grave».
La empresa ha gastado 400 millones de euros desde 2009, la mayoría procedente de distintos fondos de la UE con la esperanza de mejorar la eficiencia. Con esta suma, logró reducir su tasa de fugas en un 3,5 por ciento. La compañía planea invertir otros 2.000 millones de euros (2.400 millones de dólares) para 2035 con el objetivo de reducir la tasa de pérdidas otro 8 por ciento.