Investigan en EE.UU. a un presunto asesino en serie después de que su hija revelara que mató a 70 mujeres
Perros detectores de cadáveres localizaron en Iowa (EE.UU.) presuntos restos humanos en los lugares identificados por una mujer como las fosas en las que su padre enterró con la ayuda de sus hijos a decenas de féminas y al menos a dos hombres asesinados a lo largo de 45 años.
«Sé dónde están enterrados los cuerpos», dijo la denunciante, Lucy Studey, a los reporteros de Newsweek que se encontraban en la escena de la investigación, en las afueras de la localidad de Thurman, junto al sheriff del condado de Fremont, Kevin Aistrope, dos ayudantes, un adiestrador de perros y dos agentes caninos.
Los animales, entrenados en rastrear restos humanos, fueron directamente a los lugares donde Studey había dicho desde niña que había cuerpos enterrados, aunque nadie le hizo caso. En total, se trata de cuatro supuestas fosas.
«Me siento bastante satisfecho con lo que he visto de los perros», dijo el adiestrador, Jim Peters, subrayando que va a seguir colaborando en la búsqueda, ya que «hace falta hacer más trabajo para confirmar» los resultados, obtenidos el viernes pasado.
«Le creo al 100 % que hay cuerpos ahí dentro«, dijo el sheriff Aistrope al medio. «Me resulta difícil creer que dos perros acierten exactamente en los mismos lugares y que sea falso», explicó.
«Un criminal y asesino de toda la vida»
La denunciante recuerda a su padre, Donald Dean Studey, como «un criminal y asesino de toda la vida» que les obligaba a ella y a sus hermanos ayudarle a transportar los cadáveres en una carretilla o un trineo hasta un pozo, donde los cuerpos eran arrojados mientras los niños amontonaban tierra y vertían lejía encima.
«Nos decía que teníamos que ir al pozo, y yo sabía lo que eso significaba», contó la mujer. «Cada vez que iba al pozo o a las colinas, no pensaba en bajar. Pensaba que me mataría porque no me callaba la boca», agregó.
Según relató, su padre traficaba con drogas y armas a través de las fronteras estatales pasando por los puntos de inspección con facilidad, ya que llevaba a sus hijos consigo en su camión. Ahora, el presunto asesino en serie, que falleció en 2013 a los 75 años, es sospechado de haber llevado a múltiples mujeres, principalmente trabajadoras sexuales o transeúntes recogidas en la cercana Omaha (Nebraska), hasta sus tierras de cultivo en una zona remota de Iowa antes de asesinarlas.
Studey también detalló que su progenitor, aparte de obligarles a ayudar en los entierros, se aseguraba de que sus hijos supieran lo que estaba haciendo. La mujer se acuerda de sus palabras hacia una de sus víctimas, diciéndole que merecía la muerte.
«Nadie me escuchaba»
La mujer dijo que a lo largo de los años contó su historia a profesores, sacerdotes y «a las fuerzas del orden de todo Iowa y Nebraska, intentando que se hiciera algo», pero sus esfuerzos fueron en vano.
«Nadie me escuchaba», lamentó. «El profesor dijo que los asuntos familiares debían tratarse en familia y las fuerzas del orden decían que no podían confiar en la memoria de una niña. Yo era solo una niña entonces, pero lo recuerdo todo», aseguró.
Estado de la investigación
Tras obtener los resultados de la búsqueda con perros, el sheriff del condado solicitó ayuda a la División de Investigación Criminal de Iowa para «conseguir un plan de acción juntos», lo que, según Aistrope, añadirá «credibilidad a la historia».
Los investigadores estatales comentaron que se están uniendo a las indagaciones en el lugar, de difícil acceso, agregando que es demasiado pronto para hacer valoraciones sobre el caso.
«Estamos colaborando, pero estamos en las primeras etapas», dijo Mitch Mortvedt, director adjunto de la unidad, citado por la prensa local.
El siguiente paso será utilizar un sónar donde el terreno lo permita y luego excavar el lugar para buscar restos humanos, detallaron las autoridades.
Si las investigaciones posteriores confirman la historia, podrían demostrar que Donald Dean Studey fue uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia de Estados Unidos, al matar, según su hija, a entre 50 y 70 mujeres.