Hombre con un implante cerebral desafía al mono con un ‘chip’ de Elon Musk a un partido de ‘Pong’ mental
Nathan Copeland, un hombre que lleva un implante cerebral que le permite controlar computadoras a través de señales mentales, afirmó estar listo para desafiar al mono con el chip cerebral de Neuralink en un juego de ‘Pong’, así lo declaró el viernes pasado en una entrevista en el programa de radio estadounidense Science Friday.
Copeland quedó casi completamente tetrapléjico a raíz de un accidente automovilístico. Aunque retiene una capacidad de movimiento reducida en su hombro, lo que le permite seguir operando una computadora con el lado de su puño y no depender únicamente de la interfaz del cerebro, confiesa que prefiere «jugar con mente» al emplear la computadora.
El pasado mes Neuralink, compañía fundada por Elon Musk para el desarrollo de interfaces cerebro-computadora, divulgó un video que muestra el funcionamiento de su chip en animales. «Tan pronto como lo vi, pensé, […] que podría vencer a ese mono», comentó Copeland además de informar que ahora está listo para esta ‘batalla entre especies’: «Ya nos estamos preparando y entrenando», contó.
El partido de ‘Pong’ podría celebrarse en línea vía Twitch, servicio de transmisión para jugadores, donde Copeland tiene un perfil y sueña con convertirse en una estrella con miles de seguidores. Sin embargo, hasta el momento Neuralink no respondió a la invitación para jugar.
Copeland es uno de los pocos humanos con un implante de la generación más antigua, llamado matriz de Utah, que usa en sus experimentos la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.). Antes de que Copeland realice una tarea, comienza con una sesión de entrenamiento de 10 minutos para que un algoritmo pueda mapear las señales de respuesta de sus neuronas a movimientos específicos. Después de tal sesión Copeland puede manejar el cursor de una computadora hacia la izquierda o hacia la derecha, hacia adelante o hacia atrás. Pensar en cerrar la mano provoca un clic.
Desde el pasado mes de marzo, el equipo de la Universidad de Pittsburgh conectó el implante cerebral de Copeland con una tableta. Ahora la utiliza para navegar por la Red y hacer dibujos con un programa de pintura. Confesó que el nuevo dispositivo le «ayudó a superar la pandemia».