Hallan tras el yeso de una casa señorial pinturas de pájaros dentados y grifos que rugen, una «máquina del tiempo» a la Inglaterra del siglo XVI

Un grupo de restauradores de la organización Landmark Trust hizo un sorprendente hallazgo en lo que parecía ser una pequeña habitación sin interés alguno de la casa señorial Calverley Old Hall, ubicada en Yorkshire, Reino Unido.

Después de retirar una capa de yeso, los especialistas quedaron sorprendidos por lo que había debajo: impresionantes pinturas de la época Tudor que ocupaban toda la pared, desde el piso hasta el techo, realizadas probablemente durante el reinado de Isabel I (1558-1603) en blanco, negro, rojo y ocre.

Tom Burrows / Landmark Trust

«En 27 años de trabajo en edificios históricos nunca había visto un descubrimiento como este», escribió Anna Keay, la directora de la fundación. «Paneles ocultos, sí; pequeños fragmentos de pintura decorativa, una o dos veces. Pero nunca una habitación totalmente pintada, absolutamente perdida en la memoria, una máquina del tiempo a la época de la Reforma y de la Reina Virgen», expresó Keay, en referencia a la monarca Isabel I.

Tom Burrows / Landmark Trust

Los expertos ahora están trabajando para preservar las paredes, que muestran fantásticos pájaros con dientes que ríen, grifos que rugen y torsos de hombrecillos con sombreros triangulares sentados sobre jarrones. La escena está rematada por un friso de rosas Tudor y granadas. Pintada en un estilo exageradamente grotesco, la obra está inspirada en el diseño de la Casa Dorada del emperador romano Nerón, que se hizo popular en Inglaterra en el siglo XVI.

La fecha exacta de creación de estas pinturas no está clara, pero el análisis de carbono de los marcos de madera sugiere que datan de un periodo entre los años 1540 y 1580.

Ahora surgen muchas preguntas difíciles, como cuándo fueron pintadas exactamente las paredes, cuál es la mejor manera de conservar las pinturas o cómo amueblar una habitación con una decoración tan impresionante. Pero lo que no plantea ninguna duda es la importancia del hallazgo, señala Keay.

Tom Burrows / Landmark Trust