Hallan microplásticos en la ‘zona de la muerte’ del Monte Everest, la mayor altura jamás registrada donde se encontraron tales deshechos
Un grupo de científicos, tras haber estudiado las muestras de nieve que fueron recogidas desde distintos puntos del monte Everest en una expedición realizada por National Geographic y Rolex el año pasado, ha descubierto fibras de poliéster, acrílico, nailon y polipropileno, informó este viernes la Universidad de Plymouth (Reino Unido). Parte del microplástico estaba en la ‘zona de la muerte’, a una altura de 8.440 metros, a solo 400 metros por debajo del pico.
«Estos son los microplásticos a mayor altura jamás encontrados», dijo Imogen Napper, autora principal del estudio publicado en One Earth.
Los científicos sospechan que llegaron hasta allí tras haberse desprendido de la ropa y el equipo de los escaladores, dado que este material se usa en la producción de dicho equipamiento. Los microplásticos pueden ser fácilmente transportados por el viento a grandes distancias.
«Es hora de centrarse en buscar las soluciones medioambientales adecuadas»
Según Napper, el descubrimiento de microplásticos en el Everest destaca la necesidad de alejarse de la producción de plásticos.
«Debemos comenzar a enfocarnos en soluciones tecnológicas más profundas que se centren en los microplásticos, como cambiar el diseño de la tela e incorporar fibras naturales en lugar de plástico cuando sea posible», dijo la investigadora.
Las concentraciones más altas de microplásticos se encontraron alrededor del Campamento Base, el lugar donde los escaladores pasan la mayor parte del tiempo.
El problema principal con los microplásticos es que normalmente son más difíciles de eliminar del medio ambiente que los desechos de mayor tamaño. Además, se ha demostrado que, tanto en los seres marinos como en las aves, los microplásticos bloquean el tracto digestivo, lo que a su vez puede atrofiar el desarrollo del animal y, en el peor de los casos, provocar inanición.
Se han descubierto microplásticos en los rincones más profundos del océano. Ejemplo de ello lo constituye Fosa de las Marianas, a 36.000 pies (10.972,8 metros) de profundidad.
«Con los microplásticos tan omnipresentes en nuestro medio ambiente, es hora de centrarse en buscar las soluciones medioambientales adecuadas. Necesitamos proteger y cuidar nuestro planeta», concluye Napper.