Hallan el esqueleto de un hombre que murió sepultado mientras escapaba de la erupción del Vesubio
En Italia, han encontrado los restos parcialmente mutilados de un hombre sepultado por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. en la zona arqueológica de Herculano, la antigua ciudad romana cercana a Pompeya, un descubrimiento que el ministro de Cultura del país europeo calificó como «sensacional».
El escenario de este último hallazgo es la antigua playa de la ciudad, el mismo lugar en el que, durante las últimas excavaciones de los años 80 y 90 del siglo XX, se encontraron amontonados los restos de más de 300 fugitivos que buscaban refugio mientras esperaban un posible rescate por parte de la flota de Plinio el Viejo.
ESCLUSIVA ANSA | Scoperta a Ercolano, ritrovato lo scheletro dell’ultimo fuggiasco https://t.co/GFGVvQqBScpic.twitter.com/MjOtM5Hd3d
— Agenzia ANSA (@Agenzia_Ansa) October 15, 2021
Los arqueólogos mencionaron que, según las primeras pruebas antropológicas, el hombre tenía entre 40 y 45 años cuando la avalancha de fuego y gas del Vesubio lo «detuvo a un paso del mar y del espejismo de la salvación», según ha declarado a la agencia italiana ANSA, el director del Parque Arqueológico, Francesco Sirano.
Este hallazgo arrojará nuevos datos sobre los últimos momentos de vida de la ciudad enterrada tras la erupción del volcán. «Un descubrimiento del que esperamos mucho», expresó el directivo.
El esqueleto fue encontrado con la cabeza apuntando hacia atrás en dirección al mar, en lo que habría sido la playa de la antigua ciudad, rodeado de madera carbonizada, incluida una viga del techo, que podría haber aplastado su cráneo.
Los huesos son de un color rojo intenso, que según el arqueólogo es «la marca de las manchas dejadas por la sangre de la víctima», y explica que es una consecuencia del singular proceso de combustión provocado en Herculano por el flujo de magma, cenizas y gases expulsados por el volcán.
«Los últimos momentos aquí fueron instantáneos, pero terribles», subraya Sirano. Era la una de la madrugada, cuando el flujo piroclástico expulsado por el volcán llegó por primera vez al pueblo con una temperatura de 300 a 400 grados Celsius, e incluso, algunos estudios la sitúan entre 500 y 700 grados.
Sobre la identidad y las «fascinantes hipótesis que rodean el misterio de la muerte de esta última víctima descubierta», Sirano señala que será un trabajo en conjunto con los expertos de su equipo, incluidos los profesionales del Packard Humanities Institute, una fundación estadounidense que mantiene proyectos de conservación en varios campos, entre ellos, el de arqueología.
«Podría ser un socorrista, un compañero del oficial de Plinio, que en la década de los 80 se había encontrado a unos 20 metros de este punto», supone el experto, tras señalar otras posibilidades como «un soldado que quizás estaba montando una lancha para rescatar a un primer grupo de personas en alta mar, uno de los prófugos, que se había alejado del grupo para llegar al mar con la esperanza de poder embarcarse en uno de los botes salvavidas».
Por otra parte, el esqueleto ahora se extraerá con la ayuda de cuchillas metálicas especiales junto con una mayor parte de la roca de lava en la que está incrustado, mientras continúa la excavación en el laboratorio. Los primeros exámenes han revelado restos junto al esqueleto de lo que parece ser tejido y metal. «Podría ser una bolsa con herramientas de trabajo, pero también armas y monedas», prevé Sirano.
El fugitivo podría añadir nuevos detalles a la historia de aquella noche, explica el director, al haber permanecido durante siglos bajo un muro de piedra de más de 26 metros de altura.
Las nuevas excavaciones, en la que han venido trabajando los arqueólogos del parque están vinculadas a la preparación de un camino que llegará a la monumental Villa dei Papiri recorriendo lo que en el antiguo poblado fue el paseo marítimo, el único completamente conservado de una ciudad romana.