Trece días después del fallecimiento de Abimael Guzmán, uno de los líderes del grupo terrorista Sendero Luminoso, el Gobierno peruano confirmó que el cadáver había sido cremado de acuerdo al protocolo fijado en la ley.

En un comunicado, el Ministerio de Interior detalló que el proceso se realizó a las 03:20 horas de este viernes, en el Hospital Centro Médico Naval del Callao, y culminó pasadas las 5:00 de la madrugada, «en presencia de un representante del Ministerio Público y cumpliendo con todos los protocolos fijados en la norma».

El texto oficial recalca que la cartera de Interior prestó apoyo al Ministerio de Justicia «para la dispersión de los restos cremados con tiempo y lugar de naturaleza reservada«.

El cabecilla del grupo terrorista, considerado como «genocida» por el Gobierno de Perú, falleció el pasado 11 de septiembre, a los 86 años de edad, mientras se encontraba cumpliendo condena en la Base Naval de Callao.

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La disyuntiva por el destino de sus restos mortales se desató de inmediato, ya que el Gobierno temía que si se enterraba en algún cementerio, el lugar podría convertirse en una especie de lugar de peregrinación para sus seguidores.

Por esa razón, Castillo aprobó una ley la semana pasada que autorizaba al sistema judicial, jueces y fiscales a decidir qué hacer con el cadáver de un condenado por terrorismo. El jueves por la noche, la Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Callao ordenó la inmediata cremación.

Al momento de su muerte, Guzmán cumplía dos décadas de la cadena perpetua a la que fue condenado después de haber sido detenido en 1992 por el régimen de Alberto Fujimori, el expresidente que también cumple en prisión condenas por violaciones a derechos humanos y corrupción.