FOTO: Arroja un explosivo en un tribunal en Portland y lo identifican por la reseña que escribió su abuela en Internet sobre el chaleco que llevaba
Un manifestante estadounidense que arrojó un dispositivo explosivo en un Tribunal Federal de Portland (Oregón) se entregó este jueves a la Policía después de que fuera identificado en una reseña en línea del chaleco que llevaba puesto, la cual fue escrita por su abuela.
En las imágenes de los hechos, que tuvieron lugar la noche de este martes, se puede ver a un joven, posteriormente identificado como Gabriel Agard-Berryhill, lanzando lo que parece ser un artefacto explosivo hacia la sede del tribunal, provocando una fuerte explosión y un incendio en la entrada principal del edificio.
Este viernes, la Oficina del Fiscal de EE.UU. en Oregón informó que el joven fue identificado, entre otras cosas, a través de una reseña en Internet sobre las cualidades del chaleco que llevaba puesto durante el incidente.
«Compré este [chaleco] para mi nieto, que está protestando en el centro, lo usa todas las noches y dice que cumple su función«, escribió la abuela de Agard-Berryhill en el sitio web donde se venden esos chalecos, e incluso adjuntó una foto del joven de 18 años vistiendo la prenda.
Apparently the guy who threw an explosive at the federal courthouse in Portland has been identified in a review of the vest his grandma bought for him to riot in. You couldn’t make this up. pic.twitter.com/t0niw3boUN
— Ian Miles Cheong (@stillgray) July 28, 2020
Más tarde, los agentes encontraron la misma foto en una página de Facebook y, utilizando bases de datos policiales, pudieron identificar a Agard-Berryhill.
Los agentes también detallaron que el mismo joven fue observado en otros videos de las protestas, incluido uno en el que trataba de proteger con un escudo a una manifestante desnuda.
En declaraciones al periódico New York Post, Agard-Berryhill relató que decidió entregarse a la Policía y explicó que el dispositivo que arrojó en el tribunal se lo dio otro manifestante con el rostro cubierto. «Me dijeron que se trataba de fuegos artificiales estroboscópicos que no dañarían el edificio ni dañarían a nadie a su alrededor», señaló el hombre.
Agard-Berryhill está acusado de delito grave de incendio premeditado y puede enfrentar hasta 20 años de prisión si es declarado culpable. Fue puesto en libertad sin fianza.