Extraductor de un escuadrón de muerte nazi muere rodeado por seres queridos en Canadá a los 97 años, tras décadas de intentos de deportarlo del país

Helmut Oberlander, exintérprete de un escuadrón de muerte nazi durante la Segunda Guerra Mundial, ha muerto a los 97 años en su casa de la provincia canadiense de Ontario, «rodeado de seres queridos», según confirmó este miércoles su familia.

«A pesar de los desafíos en su vida, se mantuvo fuerte en su fe», reza un comunicado enviado a CBC News por Ronald Poulton, abogado de Oberlander. «Se consoló con su familia y con el apoyo de muchos en su comunidad. Se entregó generosamente a la caridad, apoyó a su iglesia y fue un amoroso hombre de familia. Se le echará mucho de menos».

Ex-Nazi interpreter Helmut Oberlander has died, lawyer says https://t.co/Y98Wa6MyRdpic.twitter.com/vxqJauIPeb

— CBC Toronto (@CBCToronto) September 23, 2021

Batalla por no ser deportado de Canadá

En 1995, Ottawa inició un procedimiento de desnaturalización y deportación contra Oberlander. Las autoridades canadienses argumentaron que les mintió sobre sus actividades en tiempos de guerra, aunque no hay pruebas de que participara en alguna atrocidad. Desde entonces, el hombre libraba una batalla legal contra el Gobierno de Canadá para mantener su ciudadanía y no ser deportado.

Se le retiró la nacionalidad canadiense en el 2001, pero apeló el fallo. Su ciudadanía fue revocada tres veces más -en los años 2007, 2012 y 2017- y cada vez recurrió. A principios de este septiembre se enfrentó a una audiencia de admisibilidad de la Junta de Inmigración y Refugiados sobre si podía permanecer en el país.

El hombre, nacido en 1924 en la ciudad ucraniana de Halbstadt en el seno de una familia de origen alemán, mantuvo firmemente que solo tenía 17 años cuando fue obligado, so pena de ser ejecutado, a unirse a una subunidad de los Einsatzgruppen, escuadrones de exterminio nazis que siguieron a las tropas del frente en la Unión Soviética y masacraron a más de un millón de personas, la mayoría de ellas judíos.

En verano de 1942, los escuadrones para los que trabajaba Oberlander como interprete se dirigieron a la ciudad rusa de Rostov del Don, a unos 1.000 kilómetros al sur de Moscú, y durante un año y medio mataron a unos 27.000 judíos y civiles soviéticos. Se considera el mayor lugar de asesinato masivo de judíos en territorio de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial.

El último canadiense implicado en las atrocidades de la guerra

Por su parte, Oberlander no fue acusado de participar en ninguna ejecución y, después de la guerra, se mudó en 1954 a Canadá, convirtiéndose seis años después en ciudadano de ese país.

Fue el último de los 12 ciudadanos canadienses presuntamente implicados en las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, pero murieron a una edad avanzada antes de que Ottawa pudiera completar los procedimientos legales para deportarlos, informa el periódico The Globe and Mail.

Reacción de la comunidad judía

Shimon Koffler Fogel, presidente del Centro por Israel y los Asuntos Judíos de Canadá, declaró en un comunicado que el fallecimiento de Oberlander «pone fin al último capítulo de su obsceno abuso del sistema judicial canadiense».

«El hecho es que este país cerró sus puertas a los refugiados judíos que huían de los nazis, luego permitió que algunos de sus verdugos entraran en Canadá y no los deportó»

«Antiguo miembro de un escuadrón de matanza móvil nazi, Oberlander manipuló al sistema judicial canadiense para evitar rendir cuentas», dijo, agregando que el extraductor al servicio de los nazis «debería haber sido deportado hace décadas para enfrentarse a la justicia en Alemania».

«La muerte pacífica de Helmut Oberlander en suelo canadiense es una mancha en nuestra conciencia nacional«, dijo Michael Mostyn, director general de B’nai Brith Canada, organización judía que ha luchado durante años por la deportación de Oberlander. «El hecho es que este país cerró sus puertas a los refugiados judíos que huían de los nazis, luego permitió que algunos de sus verdugos entraran en Canadá y no los deportó», añadió.