Expresidente del Banco de la Nación Argentina cree que la inflación en su país no es culpa de la crisis en Ucrania
El expresidente del Banco de la Nación Argentina Carlos Melconian cree que la inflación en su país no es culpa de la actual situación en Ucrania, según lo declaró durante una entrevista concedida este sábado a Radio Mitre.
«Cuando el Fondo Monetario Internacional firma un acuerdo para el 2022 y pone la inflación en 41 %, anuncia el programa a la mañana y lo quiere recalibrar a la tarde», comentó. «Y después le echan la culpa a la guerra entre Rusia y Ucrania», añadió.
«Salvar al país del descenso»
En este sentido, el economista, que actualmente lidera la Fundación Mediterránea, indicó que el aumento de la inflación en Argentina no se debe al conflicto que se vive en ese país eslavo, sino a la «inconsistencia del modelo».
«¿Ustedes creen que un 95 % de inflación este año va a pasar al 60 % el año que viene mirando al techo, sin programa, sin unidad monolítica de un gobierno, sin una conducción férrea?», cuestionó. «Eso no existe», agregó.
Asimismo, Melconian arremetió contra el actual ministro de Economía argentino Sergio Massa, al que acusa de no aplicar un plan de estabilización. «Massa no es un Pep Guardiola. Su éxito es salvar al país del descenso», declaró, haciendo una analogía con el mundo del fútbol.
Inflación instalada
«Hay una inflación instalada», explicó el economista. «Cuando todo sube es macro, salvo lo que está pisado, como las tarifas […] Cuando hay tanto tiempo con alta inflación se arma un lío con lo que se llama precios relativos», agregó.
Este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que Argentina ha registrado una inflación del 7 % en agosto respecto al mes anterior, por lo que acumula una inflación interanual del 78,5 %.
El presidente Alberto Fernández suele atribuir este tipo de quiebres económicos a los empresarios «especuladores» y «codiciosos» que suben sus precios sin justificación. También, la persistente variación del valor del dólar respecto al peso argentino aporta un clima inestable que propicia la fluctuación de precios.
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