Estos son los coches que no podrán circular en 2023
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España cuenta hoy en día con más 25 millones de turismos, y donde hay más de dos millones de unidades de gasolina con más de 20 años y más de cinco millones de modelos diésel que superan los 15 años de antigüedad. Suponen, por tanto, casi 7,5 millones de coches, cerca de un 30% del parque automovilístico total según datos de la consultora MSI. Pero eso se va a acabar, al menos con la nueva Ley de Cambio Climático, que quiere que ciertos coches no puedan circular por nuestras calles y carreteras en 2023.
Los coches de combustión, perjudicados en 2023
La Ley de Cambio Climático, en vigor desde mayo de 2021, obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a aprobar planes de movilidad sostenible que incluyan una zona de bajas emisiones antes de 2023. Según el padrón continuo del INE en 2021, son 149 los municipios de más de 50.000 habitantes, a los que habría que añadir los territorios insulares y los municipios de más de 20.000 habitantes con problemas de calidad del aire, también obligados por la norma.
Sin embargo, ahora esto va mucho más allá. Y no es otra cosa que limitar, para el próximo año 2023, la circulación de ciertos coches. Hablamos de una medida que entra en una serie de reglas que limitan las emisiones de CO2 y los niveles de contaminación. Parte de la responsabilidad de los mismos radica en el tráfico rodado.
En concreto, el 75% de los vehículos que circulan por las ciudades tiene motor de combustión y, por lo tanto, se verán afectados por esta medida. Y es que las restricciones a la circulación empiezan por los modelos más antiguos y contaminantes.
La ley se ceba con los más antiguos y contaminantes
Así, lo que se observa es un miedo ante el inminente cambio climático que se palpa en el ambiente, como también se nota la contaminación y el aire cargado en las grandes ciudades españolas. Las urbes con mayores problemas de polución se han puesto las pilas para reducir los gases nocivos en el ambiente y, obviamente, estas medidas traen consecuencias para los conductores.
Por ejemplo; es más que conocido el plan Madrid Central, por el que se estableció un área a la que solo podían acceder los vehículos con etiqueta ECO o de Cero Emisiones, así como C o B con algunas restricciones. El resto de vehículos sin etiqueta de la DGT no tenían permitida la circulación. Pues es lo que se quiere llevar ahora… pero en un sentido más global.
Unas medidas restrictivas para los coches que se llevarán a cabo en 2023 y por las que se empezarán a tomar con los vehículos sin etiqueta de la DGT y, a partir de los mismos, con los diésel y gasolina que disponen de etiquetas C y B. Se trata, por tanto, de lograr lo que ya se conoce cómo la descarbonización del transporte, y que no es otra cosa que sustituir los combustibles fósiles por energías renovables, logrando que urbes cada vez tengan un parque móvil más amplio de híbridos y eléctricos.
Dentro de la categoría turismo y furgonetas ligeras, no les corresponde distintivo ambiental a los motores de gasolina anteriores al año 2001 y a todos los diésel anteriores a 2006. En el caso de las motos, serán aquellas que no cumplen con las normativas Euro I matriculadas antes de 2003.
La solución puede estar en modalidades como el renting
Las nuevas Zonas de Bajas Emisiones se establecerán desde el próximo año 2023 en cerca de 150 municipios de España, porque superan los límites de población reflejadas por la Ley de Cambio Climático. Ante ello, y de cara a 2023, cuando entrará en vigor la Ley de Cambio Climático, es cuando comenzarán a establecerse estas zonas de bajas emisiones (ZBE), por la cual tres de cada cuatro coches verán limitada su libre circulación según los cálculos de MSI para Sumauto.
Pero además, las mismas medidas también se aplicarán en algunas poblaciones superiores a los 20.000 habitantes. En estos municipios, que se verán afectados desde el año 2023, residen 25 millones de personas que según datos del Instituto Nacional de Estadística son el 53% de los españoles. Y los únicos vehículos que no se verán afectados de forma negativa serán los híbridos y eléctricos.
Por su parte, y vista como una buena solución, las expectativas se ponen es que aumente la modalidad de alquiler de vehículos a largo plazo, el también conocido como renting, y única opción para acelerar mucho la electrificación del parque, y con ello reducir los niveles de emisiones.