Es posible recargar un coche eléctrico en pocos minutos
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Con el paso del tiempo y los continuos avances, estamos viendo que la recarga del coche eléctrico ya no es tanto una odisea como lo era antes, si bien todavía queda un buen camino por recorrer. Sin embargo, en diversas ocasiones, estamos viendo que podamos contar con la manera de realizar esta carga en cuestión de minutos, algo que está justamente relacionado con lo que es el voltaje de los mismos. Pero, ¿qué se precisa?
Una cuestión de tiempos y potencias
Los coches que utilizan energías alternativas tienen todavía mucho camino por delante ya que aún es un porcentaje minoritario del total de las ventas registradas. Es verdad que todavía no están en la posición más correcta, pero tampoco es ningún secreto que este tipo de vehículos van en la dirección adecuada, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la recarga del mismo coche eléctrico.
En este sentido, cada vez son más los usuarios que se plantean la compra de un coche eléctrico por razones tan diferentes como que el coste por recargar coches eléctricos es menor en comparación con un coche de gasolina, que no emiten gases cuando circulas con ellos, o que el aparcamiento es gratuito en el centro de las grandes urbes. Y en ello, hay una gran atención que está ganando enteros: el tiempo y proceso de carga ya no es un mal mayor, y esto es gracias a las buenas disposiciones en cuanto a los voltajes.
Lo que vemos, es que para aumentar la potencia de carga y recargar un coche eléctrico y que este puede aceptar, es necesario incrementar el voltaje o la corriente del sistema eléctrico. O lo que es lo mismo; como el empleo de una corriente elevada requiere de cables más grandes y pesados con un aislamiento más grueso (generan más calor), normalmente se opta por aumentar el voltaje.
Cómo es
Es ahí donde entran los que se conoce comúnmente como tipos de corriente, lo que de manera directa llevará también a que la carga de nuestro vehículo pueda hacerse en tiempos mayores o menores. Pero todo empieza con la corriente. Enchufes de corriente alterna, de corriente continua, combinados… estos automóviles pueden cargarse tanto en una red eléctrica doméstica como en una estación de carga rápida
La diferencia es que, en la primera, la corriente es alterna y, en la segunda, es continua. Por eso, se necesitan conectores diferentes. El tiempo necesario en casa dependerá de la potencia que tengamos contratada, o de si usamos los conocidos Wallbox. Asimismo, si lo hacemos en los llamados cargadores rápidos, que poco a poco están llegando a España, se puede reducir más de 5 veces el tiempo de recarga de nuestro coche eléctrico.
Por ello, actualmente estos emplean sistemas eléctricos de 400 voltios, si bien es cierto que ya hay algunos que han pasado a sistemas de 800 voltios para aceptar mayores potencias de carga. Estos son los de clase más avanzada, como ocurre con el Porsche Tayca, y que próximamente también Audi incorporará en sus modelos más prestacionales. De todos modos, los primeros, y los que más utilizan la mayoría, son los que se denominan de alto voltaje.
Todo está sujeto a las entregas de potencia
Lograr que en cinco años, cualquier coche eléctrico del mercado sea capaz de recuperar su autonomía en 10 minutos es un reto tecnológico que es imprescindible abordar. Aquí son dos las cuestiones que se busca explorar: la recarga en corriente continua a alta potencia y mejorar el diseño de las baterías que evite su degradación (más que nuevas químicas de carácter milagroso).
El precio es la otra barrera que hay que superar. El incremento de ventas permitirá que la economía de escala lo reduzca y, además, permita que entre en juego la reducción del coste total de propiedad. Pero es la potencia de recarga, que se mide en vatios, la que nos da la idea de a velocidad a la que se completa la batería.
En estos momentos, la realidad nos dice que estos coches electrificados no están tan lejos de lo que podríamos esperar, sobre todo viniendo de donde veníamos hace unos pocos años. Así, como decíamos, la mayoría de los cargadores en corriente continua (llamados rápidos) tienen un máximo de entrega a una potencia de 50 kW y a un voltaje máximo de 400 V (125 A).
El siguiente paso ha sido la llamada recarga ultrarrápida, que alcanza los 150 kW, pero que todavía mantiene la arquitectura de los 400 V, elevando la intensidad de corriente (375 A). Poco después, aunque todavía están en desarrollo, aparecieron los cargadores de 350 kW. Estos, montados en la red de Ionity, lo hacen con tecnologías de 800 V (440 A). Todos estos avances hacen que, con el tiempo, podamos a completar la acción en tiempos que tendrán un abanico de entre 10 y 40-50 minutos en el menor de los casos, y en cuestión de un par de horas en el mayor.