Equipo arqueológico halla 76 tumbas de niños sacrificados
Un equipo arqueológico peruano ha hallado 76 nuevas tumbas de niños sacrificados en un yacimiento en la provincia de Trujillo, en la costa norte del país, perteneciente a la cultura chimú, que desarrolló un imperio entre los siglos IX y XV, informaron este miércoles 21 de septiembre de 2022 fuentes oficiales.
El hallazgo se dio en el sitio arqueológico de Pampa La Cruz, donde ya suman 302 las tumbas de niños sacrificados encontradas, y todas cumplen el patrón de que los cuerpos están orientados con los pies al este y la cabeza hacia el oeste, dándole la espalda al mar.
Además, con este hallazgo se han constatado seis eventos sacrificiales de niños durante más de 450 años, ya que datan de entre 1050 y 1500 de nuestra era, asociados a momentos importantes en el inicio, desarrollo y consolidación de la sociedad chimú.
Esta cultura se desarrolló en las costas del norte de Perú entre los años 1000 y 1470, su capital fue Chan Chan, y fue uno de los imperios más prósperos y poderosos de la América Precolombina.
LAS EVIDENCIAS ENCONTRADAS
El director del programa de investigación arqueológica, Gabriel Prieto Burméster, afirmó a la agencia oficial Andina que los resultados de los 80 análisis realizados por radiocarbono a las evidencias encontradas hasta el momento permiten concluir la tesis sobre su vinculación con las etapas importantes de los chimú.
Prieto explicó que parte de los sacrificios se realizaron en zonas agrícolas, por lo que cabe entender que se hicieron para «consagrar y abrir los campos de cultivo que los chimús habilitaron alrededor de esa época».
También destacó la importancia de uno de los eventos de sacrificio recién descubierto, fechado aproximadamente entre 1200 y 1300, y que marca el momento en que los chimús se extienden militarmente y territorialmente hacia el norte.
«En este evento se encuentran los niños con trajes y tocados con plumas. Además, por las deformaciones craneanas quizás esos menores estarían viniendo de Lambayeque y del valle de Jequetepeque o Chicama. Es probable que un par de ellos hayan sido traídos desde Casma (en la región Áncash)», señaló.
ZONA SAGRADA
El arqueólogo detalló que gracias al yacimiento de Pampa La Cruz se ha podido saber que los sacrificios humanos, sobre todo de niños, fueron «una parte estructural dentro de la religión de los chimús para celebrar y glorificar a su estado», y que los seis eventos documentados son prueba de ello.
Prieto relató que existen varias posibilidades de por qué los chimús eligieron este lugar para sus sacrificios, y que una de ellas sería que sus antecesores, los moches, realizaron este tipo de rituales en el mismo punto.
«Los entierros moches obedecen a personas de entre 40 y 45 años de edad, posiblemente guerreros, que murieron con el rostro destrozado de un mazazo, ya había una tradición en ese sentido en la zona», explicó a Andina