Encuentran un cuasicristal «magnífico en su complejidad» en el lugar donde se realizó la primera prueba atómica en la historia

Un nuevo tipo de cuasicristal fue hallado en el desierto de Alamogordo (Nuevo México, EE.UU.), donde el 16 de julio de 1945 fue hecha explotar la primera bomba atómica, en lo que se conoció como la prueba Trinity. El hallazgo se describe en un artículo publicado este lunes en la revista PNAS.

El material estaba recubierto por una capa de trinitita –material creado por la vitrificación de la arena como consecuencia de aquella explosión nuclear–, bajo lo que fueron una torre de prueba y un tendido eléctrico que estaban presentes en el lugar para aquel momento.

Mientras que las estructuras de cristales son siempre ordenadas —es decir, sus átomos forman un patrón que se repite en tres dimensiones—, los cuasicristales están conformados por patrones que, aunque también llenan todo el espacio, no tienen simetría traslacional. En el caso del cuasicristal de Alamogordo, se trata de un patrón de cinco pliegues. Su fórmula química es Si61Cu30Ca7Fe2.

Descubierto en la década de 1980, ese tipo de materiales todavía no se conoce bien, debido en parte a las inusuales condiciones en que se produce.

«Los cuasicristales se forman en ambientes extremos que rara vez existen en la Tierra. Requieren un evento traumático, con un choque, una temperatura y una presión extremas. Normalmente no vemos eso, excepto en algo tan dramático como una explosión nuclear», explicó uno de los autores del estudio, Terry C. Wallace, en un comunicado del Laboratorio Nacional de Los Álamos.

El único ejemplar de origen natural procede de un meteorito caído hace 4.500 millones de años en la actual región rusa de Chukotka. De otra parte, se han creado varios minerales de ese tipo en laboratorios. La importancia de la muestra de Alamogordo consiste en que es el cuasicristal más viejo creado por un humano. Habrá de servir para estudiar el origen de esas estructuras y la naturaleza de las explosiones atómicas, según Wallace.

«Este cuasicristal es magnífico en su complejidad, aunque nadie puede decirnos todavía por qué se formó de esa manera. Pero algún día, un científico o ingeniero se dará cuenta de la razón y la venda caerá de nuestros ojos y tendremos una explicación termodinámica para su creación. Entonces, espero, podremos utilizar ese conocimiento para comprender mejor las explosiones nucleares y, en última instancia, llegar a una imagen más completa de lo que representa una prueba nuclear», vaticinó el científico.