El «Youseum», una especie de museo para los adictos a las «selfie»
¿Es un reflejo de la «era de los 2020» o el retrato de una generación narcicista? En Estocolmo, el último de los llamados «museos» del selfi ofrece un marco colorido para los adeptos de Instagram y TikTok.
Presentado como «una experiencia interactiva para las redes sociales», el «Youseum» se ubica en la periferia de la capital sueca.
No alberga obras de arte colgadas en paredes blancas, pero sí un marco colorido para todos los gustos.
Aquí, los visitantes se pasean por salas de colores vivos y decoración excéntrica. Todo esto ofrece un escenario atractivo para las fotografías y los videos que los visitantes cuelgan en sus redes sociales.
«Aquí, puedes tomar fotos lindas y crear contenido para tu Instragram o Facebook. Y si estás en TikTok, tienes el lugar perfecto para hacer» los videos de esta red, explica a AFP Sofia Makiniemi. Ella es una de las responsables del lugar.
Detrás suyo está la «sala emoji», repleta de bolas azules y amarillas representando las archiconocidas caras sonrientes.
Decenas de salas temáticas
En la decena de otras salas temáticas, uno se puede hundir en una piscina con bastones de espuma simulando caramelos. También hay escenarios costeros, brillantes neones y hasta un columpio rosa gigante.
«Hay iluminación, música TikTok, golosinas, todas las cosas que nos gustan», celebra Zeneb Elmani, de 18 años, que visita el lugar con un grupo de amigos. A la estudiante le encanta que el lugar tenga la atmósfera «de la era de los años 2020».
Y va en crecimiento
Ya hay espacios similares en Países Bajos. Suecia es el segundo país en acoger estos «museos».
Y ya hay otros proyectos anunciados en Alemania y en Dubái.
La era de las redes sociales y sus influentes va acompañada de crecientes advertencias sobre los posibles riesgos para la salud mental de adolescentes y jóvenes, especialmente chicas.
«Es gran parte de nuestra sociedad hoy en día. Entonces, ¿por qué no intentar hacerlo más creativo?», defiende Makiniemi.
Las jóvenes colegialas que visitan el Youseum ese día no muestran motivos de preocupación.
«Encuentro que este lugar es lindo para la gente a la que le encanta hacer fotos. Es demasiado lindo aquí, Dios mío, es demasiado lindo», exclama Chaymae Ouahchi, de 18 años.
La joven no se ve a sí misma como una influente y asegura que es «una persona muy secreta».
Youseum o el reflejo del nuevo mundo
Generaciones pasadas puede que tuerzan el gesto al escuchar calificar como «museo» un lugar consagrado a hacerse autorretratos con el teléfono móvil o puede que se resignen, como Bill Burgwinkle, un profesor de 70 años de visita con su sobrina.
«Creo que es demasiado tarde para preocuparse. El mundo es así ahora» y este tipo de recinto hasta hace poco improbable «parece cumplir su función», asegura.