El veto de Bolsonaro a la distribución gratuita de absorbentes a millones de niñas y mujeres vulnerables causa indignación en Brasil
Más de cuatro millones de niñas en Brasil no tienen un acceso a productos mínimos para sus cuidados menstruales en las escuelas y una de cada cuatro no acude al colegio cuando tiene la menstruación. Muchas se ven obligadas a improvisar con papel higiénico, periódicos, bolsas y hasta migas de pan.
Los datos son de la Fundación de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que alerta sobre la llamada «pobreza menstrual», que afecta a las brasileñas en condiciones de pobreza y en situación de vulnerabilidad extrema en contextos urbanos y rurales, donde más de 713.000 niñas viven sin acceso a baños o duchas en sus domicilios.
Sin embargo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acaba de vetar las distribución gratuita de absorbentes a este grupo de población, a pesar de que la propuesta ya había sido aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado.
El mandatario sancionó el proyecto del Programa de Protección y Promoción de Salud mental, pero vetó el artículo para la distribución gratuita de absorbentes, así como otro que incluía las compresas en la cesta básica que distribuye el Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional.
El ultraderechista argumentó que el proyecto no especifica la fuente de financiación, aunque el texto destaca que el dinero provendría de recursos asignados por el Sindicato al Sistema Único de Salud (SUS) y, en el caso de mujeres que cumplen condenas, del Fondo Nacional Penitenciario.
Porque además de las niñas de las escuelas de la red pública, el proyecto también pretendía ayudar a mujeres que viven en la calle, a presidiarias o en centros de cumplimiento de medidas socioeducativas. El Congreso tiene 30 días para decidir si mantiene o tumba el veto presidencial.
«No se sostiene»
La decisión del presidente ha generado una oleada de críticas. «Este veto refleja la desconexión de la realidad, la falta de un proyecto y de una gestión para un Brasil femenino real, miserable y vulnerable. Significa no entender qué está pasando y cuáles son las prioridades de las mujeres, de las niñas en situación de pobreza menstrual. El Congreso puede revocar los vetos», aseguró la periodista Andréia Sadi.
La diputada federal Tabata Amaral comentó: «Las ‘justificaciones’ de Bolsonaro para vetar el proyecto de ley de los absorbentes casi por completo no se sostienen (…) Esta lucha es por la dignidad de la persona humana, un principio constitucional, y ya es una lucha de todo Brasil».
Por su parte, la coordinadora del Colectivo Igualdad Menstrual, Andressa Carmo, recordó a G1 que millones de niñas y mujeres son obligadas a utilizar cosas improvisadas con la menstruación, lo que «les impacta físicamente, emocionalmente y psicológicamente todos los meses».
«Son aproximadamente 45 días escolares perdidos por años, lo que aumenta el abandono escolar y la desigualdad de género. Los absorbentes son derechos humanos, que ya deberían ser vistos desde hace mucho tiempo como algo esencial», lamentó.
Rozana Barroso, presidenta de la Asociación de Estudiantes de Secundaria, recordó que las «personas más afectadas por la pobreza menstrual son negras y de periferia«. «Impedir que esas jóvenes tengan acceso a absorbentes de forma gratuita en las escuelas es de una crueldad surrealista. Bolsonaro es nuestro enemigo declarado», aseveró.