El poco conocido origen del sombrero vueltiao, el símbolo colombiano considerado como referente cultural de la región

Al ver imágenes sobre la cumbia colombiana es inevitable no toparse con una mujer sonriente de falda colorida que baila con un hombre que mueve en el aire un sombrero vueltiao.

Este sombrero, hecho con un trenzado circular de color beige y negro, fue distinguido esta semana por el Parlamento Andino como un referente cultural material y artesanal mundial de la región, integrada por Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.

En su declaración, el Parlamento regional destacó que esta pieza tradicionalmente asociada al Caribe colombiano tiene un «alto valor cultural y patrimonial».

Si bien su uso actual está relacionado con la música, el Carnaval y con las festividades en Colombia, ha sido un milenario grupo indígena el que se ha encargado de su elaboración y de perpetuar su tradición en el tiempo.

Origen

El sombrero vueltiao es representativo principalmente de la región Caribe de Colombia. Es una pieza artesanal típica de las sabanas de los departamentos de Córdoba y Sucre.

Su confección la lleva a cabo el pueblo indígena Zenú o Sinú, que se ubica en los resguardos de San Andrés de Sotavento, en Córdoba, en Sucre, en el Chocó y en El Volao, en el Urabá antioqueño.

Esta pieza se realiza con la fibra vegetal de la palma de caña flecha, conocida científicamente con el nombre de Gynenum Sagithatum, que es una gramínea silvestre tropical que crece a orillas de los cuerpos de agua.

Las familias de este grupo étnico, con más de 2.000 años de historia, cultivan estas plantas en los patios de sus casas y se encargan de su procesamiento, que comprende el cortado de estas hierbas y su puesta al sol para el secado. Una vez concluido el proceso comienzan a trabajar las fibras, recoge la página web Colombia.

Mujeres zenúFacebook / Comunidad indígena Zenú

El tejido, en el que participan varias personas, puede tardar de diez días a un mes.

El color claro proviene del secado al sol de las palmas, mientras que el oscuro es obtenido a través de la tintura a base de las hojas de los árboles de jagua o genipa americana, de divi divi, de bija y de la concha de los plátanos.

¿Qué significa el trazado del sombrero?

«Los dibujos siguen la técnica de cada familia o comunidad«, según se explica en el libro ‘El sombrero vueltiao zenú’, de Benjamín Puche Villadiego.

Entre los diseños que pueden crearse con formas geométricas de triángulos o rectángulos—producto del entrelazado de las fibras de colores claros y oscuros—, se encuentran animales, flores, frutos, alimentos como el maíz, escenas de caza, símbolos religiosos o de la naturaleza, entre otros. Los dibujos se tejen en la copa y en el ala.

¿Por qué se llama así?

«La calidad del sombrero se mide por el número de vueltas», según el artículo ‘Un sombrero del Caribe para el mundo’, publicado por la Universidad de los Andes.

Se cree que el término ‘vueltiao’ proviene del número de vueltas que se le dan a las trenzas que lo componen. Sin embargo, también podría referirse a la posibilidad de voltearlo y de usarlo por sus dos caras.

Comúnmente, el sombrero con la «fibra más rústica» tiene 15 vueltas, mientras que las más finas son de 31.

Un sombrero vueltiaoLuis Robayo / AFP

Villadiego explica que la pieza se arma a partir del botón que se encuentra en el centro de la parte superior de la copa. Su diámetro tiene entre 15 y 17 centímetros, y la plantilla del sombrero lleva entre cinco y siete vueltas. De allí se hace un «quiebre» de 90 grados para comenzar la copa, que lleva otras cinco o siete. Posteriormente, se pasa al ala, que tiene otras vueltas más y que culmina con un trenza negra o ribete.

Reconocimientos

En 2004, el Congreso colombiano declaró al sobrero vueltiao como Patrimonio y Símbolo Cultural de la Nación. Dos años después fue elegido como símbolo nacional.

En 2011, se estableció la denominación de origen para el tejido zenú, como una manera de proteger esta tradición frente a las falsificaciones y reproducciones a gran escala.

Debido a su importante significado cultural, suele ser un regalo que se le hace a las personalidades públicas y figuras reconocidas que visitan el país suramericano.

Nathali Gómez