El mapa de incendios activos de la NASA revela que, además de California, la Amazonía y el sur de África también están ardiendo

El estado de California (EE.UU.) está sufriendo actualmente en gran parte de su territorio una serie de grandes incendios forestales acompañados de una ola de calor que está agudizando la situación. No obstante, el Pacífico estadounidense no es la única región del planeta afectada por las llamas.

De acuerdo con el sistema de información sobre incendios para la gestión de recursos de la NASA (FIRMS, por sus siglas en inglés), una cantidad considerable de focos de fuego activo se registran en estos momentos en la Amazonía y el sur de África. Vale destacar que la información es publicada y reproducida casi en tiempo real, dentro de las tres horas posteriores a la observación satelital.

Así, imágenes satelitales del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil han detectado desde el pasado 20 de agosto 9.507 nuevos incendios forestales en el país sudamericano, principalmente, en la cuenca del Amazonas.

Aunque este fenómeno es común en la estación seca, los fuegos también están siendo provocados de forma deliberada por agricultores que deforestan ilegalmente tierras para la cría de ganado. Solo en este año, ya van 72.843 incendios, un aumento del 83 % con respecto al mismo periodo de 2018 y la cifra más alta desde 2010, recoge la agencia Reuters.

Asimismo, la región ecuatorial de África, y principalmente la parte sur del continente, registra un intenso color rojo en el mapa del FIRMS como resultado de los incendios que viene sufriendo en las últimas 24 horas. Con la temporada seca, estos índices se incrementan, también a raíz de las quemas agrícolas generalizadas. Por otro lado, las restricciones y los cierres a causa de la pandemia de coronavirus han obligado a muchas poblaciones rurales africanas a recurrir a la quema y tala de árboles para la producción de cultivos y la venta de madera, señala un artículo de Financial Times.

La destrucción de bosques ha crecido ​​a un ritmo alarmante en Asia, África y América Latina desde el comienzo de la pandemia, con un aumento del 77 % en las alertas de pérdida de zona forestal en comparación con el promedio de 2017-2019. Si bien no puede atribuirse exclusivamente a la acción humana, este fenómeno es el mejor indicador global del cambio de tierras a lo largo del tiempo, subraya el medio.