El jefe de Estado Mayor de EE.UU. promete ayuda militar a Taiwán
El Pentágono apoyará al Ejército de Taiwán con armas y entrenamiento, prometió el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., Mark Milley, y acusó a Pekín de intentar buscar la «superioridad militar global«.
En un discurso en el Club Económico de Nueva York el miércoles, el general subrayó que Washington continuará reforzando la cooperación en materia de seguridad con Taipéi, a pesar de las fuertes objeciones de Pekín, que considera a la isla como parte del territorio soberano chino.
«Estados Unidos se ha comprometido a través de la Ley de Relaciones con Taiwán, y el presidente [Joe] Biden ha dicho recientemente en muchas ocasiones que EE.UU. seguirá apoyando a Taiwán«, dijo Milley.
«Les apoyaremos militarmente», acentuó, confirmando los planes de brindar «entrenamiento y equipamiento«.
Milley también afirmó que, aunque no hay indicios de que Pekín vaya a atacar a la isla en un futuro inmediato, el presidente chino, Xi Jinping, está ahora «evaluando la situación y recalculando lo que podrían hacer», refiriéndose a las dificultades de realizar una ofensiva a través del estrecho de Taiwán.
«Es realmente difícil. Y creo que se están dando cuenta de ello», agregó, para precisar que los preparativos para un ataque y el hecho de llevarlo a cabo son «dos cosas diferentes.»
En octubre pasado, la líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, confirmó por primera vez que tropas estadounidenses se encontraban en la isla y estaban entrenando al Ejército taiwanés, a lo que China no tardó en responder con tajante rechazo.
Al respecto, Milley insistió en que Pekín es el principal competidor de EE.UU. y que representa una preocupación de seguridad. El alto cargo militar acusó a Pekín de buscar la «superioridad militar» regional, y eventualmente mundial, argumentando que al gigante asiático le gustaría lograr esto último antes del año 2050.
«Nos parece bien la competencia, no hay problema», matizó Milley. «Pero si China quiere un conflicto, entonces sería una opción muy mala para China«, subrayó.
- Durante su informe en el XX Congreso del Partido Comunista de China el mes pasado, el presidente Xi Jinping destacó el riesgo de un conflicto armado por Taiwán. Reiteró que el objetivo principal de Pekín es la reunificación pacífica, pero advirtió que se reserva el derecho a utilizar la fuerza militar para impedir cualquier intento de la administración taiwanesa de declarar la independencia. Esta semana, el líder chino ordenó a las Fuerzas Armadas del país que se aseguraran de estar preparadas para responder a las amenazas a la seguridad derivadas de una nueva era de turbulencias mundiales.
- En repetidas ocasiones Joe Biden declaró que su país ayudaría a Taiwán a repeler ataques chinos en caso de un conflicto armado con la China continental, aunque los portavoces de la Casa Blanca posteriormente suavizaron esas declaraciones.
- Aunque Washington no reconoce diplomáticamente la independencia de Taiwán, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.
- Pekín insiste en que cualquier negociación con Taipéi que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China.
- Las tensiones en torno a Taiwán se reavivaron en agosto pasado debido a la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi.
- La mayoría de los países del mundo, incluida Rusia, reconocen a Taiwán como parte de la República Popular China.
Antecedentes de la actual crisis
La isla de Taiwán se autogobierna con una administración propia desde 1949, cuando el general Chiang Kai-shek (1887-1975) se refugió allí tras ser derrotado en la guerra civil con los comunistas de Mao Zedong.
En la década de 1980, para la unificación del país, Deng Xiaoping, el entonces presidente de la República Popular China, propuso una política de «Un país, dos sistemas«, que comprendió la coexistencia de los modelos políticos y económicos de la de China continental y ciertas regiones, incluida la taiwanesa.
Sin embargo, ya bajo el liderazgo de Xi Jinping, el gigante asiático se inclinó hacia la necesidad de asegurar el principio de ‘Una China‘, a fin de prevenir los intentos de las fuerzas extranjeras de apoyar las aspiraciones independentistas de las regiones autogobernadas.
El nuevo enfoque, que, entre otros, comprendió la erosión de la independencia de Hong Kong, fue rechazado por las autoridades de Taiwán, que en los últimos años optaron por una posición más beligerante hacia la China continental.
La reciente agudización de las tensiones en torno a Taiwán se debe al aumento de las discrepancias geopolíticas entre China y EE.UU. A medida que esta confrontación se intensifica, el equilibrio de poder alrededor de Taiwán está cambiando drásticamente hacia una nueva fase peligrosa.