El Gobierno peruano tilda de «golpe de Estado» la moción de vacancia para destituir a Pedro Castillo

La moción de vacancia presentada este jueves en el Congreso para destituir al presidente de Perú, Pedro Castillo, fue criticada por el propio mandatario y por varios ministros y legisladores, que la calificaron de intento de «golpe de Estado».

Durante su intervención en el Encuentro Nacional de Rondas Campesinas, Nativas y Urbanas del Perú, el presidente acusó a las élites y a los sectores de la derecha peruana de negarse a reconocer los resultados de las últimas elecciones y de desestabilizar al país.

Horas antes de que se celebrara una marcha convocada por los partidos políticos de derecha en la capital del país, Castillo aseguró que los promotores de su destitución «no toleran que un maestro rural y agricultor haya llegado a la Presidencia» y agregó que «lo que quieren es recuperar el poder para seguir manoseando y manipulando con los grupos de poder».

En este contexto, el ministro del Interior, Avelino Guillén, advirtió que el pedido de destitución presidencial forma parte de una «estrategia política dirigida a derrocar a un Gobierno legítimo» por parte de los grupos opositores que no aceptan su derrota electoral, dijo en una entrevista con los medios locales.

«Este es un golpe de Estado, es claramente una vulneración a la voluntad popular», señaló el ministro, que recomendó al presidente «que salga a expresar sus opiniones y se comunique más con la prensa», en referencia a la falta de una estrategia de comunicación.

Asimismo, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Anahí Durand, denunció que, tras apenas cuatro meses de gobierno, existe «un sector golpista que no asimila su derrota y que, permanentemente, está boicoteando y erosionado la democracia» para ejercer presión y «mantener sus privilegios y su impunidad».

Por su parte, la legisladora de Juntos por el Perú, Sigrid Bazán, también calificó la moción como «un nuevo golpe a la democracia y a la voluntad popular de quienes nunca aceptaron su derrota» y que desde el primer día de Gobierno «hablaban de un fraude y hoy impulsan una vacancia».

La moción de vacancia fue presentada formalmente en el Parlamento tras reunir las 26 firmas necesarias, procedentes de congresistas de partidos opositores, cuyos votos no alcanzan a los 52 necesarios para ser debatida y menos aún los 87 sobre un total de 130 requeridos para destituir al presidente.