El drama de los pescadores afectados por el descenso del río Paraná: «O le damos de comer a nuestras familias o pagamos los impuestos»
Los canales de acceso al puerto fluvial de Santa Fe, en Argentina, actualmente no tienen la cantidad necesaria de agua para garantizar la navegación de los buques petroleros y los cargueros que comercializan los granos en esa zona portuaria.
Esa es solo una de las enormes consecuencias negativas que está trayendo la histórica sequía del río Paraná, el segundo más importante de América Latina y uno de los cauces principales de la región mesopotámica de Argentina, que presenta un panorama desolador para los próximos meses de este año.
El descenso del caudal del Paraná acarrea consecuencias económicas, con pérdidas o incrementos en los costos en 315 millones de dólares para el sector a partir de la imposibilidad de cargar los granos en los barcos y la necesidad de transportarlos por tierra hacia puertos en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Un flagelo para los pescadores
Pero también implica inconvenientes para los trabajadores que habitualmente dependen del río para poder subsistir. Uno de ellos es Jesús Pérez, que presidente de la Asociación Civil de Pescadores de Santa Fe.
«El estado [de la situación] es muy crítico en relación a los trabajadores del río. Porque hay más de 4.500 familias en la provincia de Santa Fe que viven de la actividad de la pesca que hoy no pueden ejercer su actividad por la gran bajante que hay», lamenta Pérez.
Y continúa: «Nosotros, como trabajadores del río, también pagamos impuestos, mandamos a nuestros chicos a la escuela, pagamos Internet para que nuestros chicos tengan Internet en la casa, para que puedan hacer la tarea».
Una ayuda insuficiente
«Hoy nosotros estamos subsistidos por el gobierno provincial, una ayuda económica de 15.000 pesos que no nos alcanza. O le damos de comer a nuestras familias o pagamos los impuestos», añade.
En palabras de Pérez, lo que necesitan las personas afectadas es «que intervenga el Gobierno nacional, ya que decretó una emergencia hídrica, que intervenga sobre los trabajadores del río también, que no seamos olvidados como siempre fuimos olvidados y que nos reconozcan, a nuestro sector, nuestro trabajo».
Hoy día, los pescadores están pudiendo trabajar solamente tres días a la semana a raíz de las restricciones que el gobierno provincial ha impuesto en el marco de esta emergencia hídrica.
Una perspectiva pesimista
Otra de las postales que se observa en la ciudad de Santa Fe se presenta en la laguna Setúbal, que está completamente seca e incluso ha generado zonas de playa para esparcimiento de muchos ciudadanos que habitualmente no podían acceder a raíz de las condiciones que presentaba este curso de agua.
Mientras tanto, los vecinos de Santa Fe deben ser muy cuidadosos en el uso del agua potable, ya que la empresa proveedora de este servicio básico, Aguas Santafesinas, ha incrementado la cantidad de tomas para poder abastecer con 2.000.000 de litros de agua por hora a esta ciudad.
La compañía ha pedido concientización por parte de los consumidores y que se utilice este insumo solamente en los aspectos realmente necesarios para brindar así algo de tranquilidad en un momento muy difícil que, según los expertos ambientales, tendrá consecuencias peores a lo largo de los próximos meses.
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