Ayer estuvo acompañado por el presidente del club, Tito Manjarrez, y por un exdirigente, Juan Donoso, con quien Lara guarda una relación muy cercana.

En un momento, Lara se quebró al recordar el soporte que le entregó Donoso en su etapa en el equipo, pero pudo reponerse para continuar.

“Era un individuo sin complejos. Se pensaba que por su color de piel y su tamaño no le iría bien. Él tuvo tres cosas sustanciales para triunfar y que le permitieron llegar lejos: inteligencia, amor por las cosas que hace y tesón en su trabajo”, indicó Donoso.

El “Diablito” no se ve lejos del fútbol e indicó que ya tiene planes personales, que los trabajó antes de pensar en su retiro. “Si me dan la oportunidad, con gusto me vincularía a El Nacional. Las puertas se han abierto por lo que hice en mi carrera y ahora tengo trabajo”.

El “Diablito” contó que se enamoró del club cuando tenía 12 años, cuando se vinculó a las divisiones formativas y debían entrenar en el cuartel Epiclachima, al sur de la ciudad.

En ese lugar, el volante dio sus primeros pasos en el profesionalismo, de la mano del estratega Cosme Charro, a quien Lara lo considera como un padre y lamentó que este jueves no lo haya podido acompañar.

También hubo espacio para recordar sus mejores goles. En especial, en su memoria está uno que le marcó a Liga de Quito, su primer tanto profesional, y otro a River Plate, al golero Franco Constanzo, en la Copa Libertadores de América. Dijo que Jacinto Espinoza fue el portero que más sufrió sus goles.

Al final del acto en el complejo de Tumbaco, Lara recibió una camiseta de El Nacional.Donoso, quien la entregó, dijo que faltaba el número, pero que mejor debía estar una “T”, de triunfador.

El “Diablito”, a sus 38 años, decidió dejar la actividad profesional, pero se mantendrá vigente en otras actividades futbolísticas. (I)