El desarrollador de un juego que se hizo popular al ser confundido con otro juego en línea planea donar las ganancias obtenidas a la caridad
El creador del juego ‘Wordle!’, de nombre casi idéntico al popular juego en línea ‘Wordle’, decidió transferir todo el dinero recibido por las descargas no intencionadas de su ‘app’ a una organización benéfica, informa The Verge.
El juego de adivinar palabras ‘Wordle’ se hizo extremadamente popular y llamó la atención de medios de comunicación y redes sociales a principios de este año. Aunque está diseñado solo para su uso en navegadores, muchos internautas lo buscan en las tiendas de aplicaciones para celulares, donde se topan con decenas de clones que replican su interfaz y su nombre.
No obstante, el caso de ‘Wordle!’ es diferente. Fue creado por Steven Cravotta en 2017, antes del exitoso ‘Wordle’, así que su desarrollador nunca aspiró a copiarlo.
«Creé una aplicación llamada ‘Wordle!’ cuando tenía 18 años, más que nada para divertirme, para mejorar mis destrezas en programación y tal vez para ganar algo de dinero», escribió Cravotta en Twitter. «No tuvo el mismo éxito que mi aplicación anterior, ‘Grid’. Así que después de unos meses y un total de cerca de 100.000 descargas, dejé de actualizarla y promoverla«, detalló.
Sin embargo, tras el interés generado por el nuevo juego de nombre casi idéntico, el proyecto ganó una popularidad inesperada y en una sola semana fue descargado 200.000 veces, generando más de 2.000 dólares de beneficios.
Cravotta contó a The Verge que no quería quedarse con el dinero que estaba ganando por error, por lo que se puso en contacto con Josh Wardle, el autor de ‘Wordle’, y le comunicó sus planes de donar a una organización benéfica las ganancias obtenidas gracias a la confusión de los usuarios.
Más tarde, Cravotta reveló que los dos desarrolladores habían llegado a un acuerdo para transferir la suma ganada a finales del mes a Boost! West Oakland, un instituto que se dedica a la formación profesional de jóvenes para brindarles más oportunidades laborales en la ciudad californiana de Oakland.
