El asesinato de una alumna escolar identificada como Lola, de 12 años, que tuvo lugar la tarde del 14 de octubre en la capital francesa, París, podría estar vinculado con el tráfico de órganos, informa el diario Le Figaro.

La madre de la víctima reportó el viernes su desaparición luego de que no regresara de sus clases en la escuela. Sin embargo, la menor sí había entrado en el edificio ubicado en la en la calle Manin, según muestran las grabaciones de seguridad obtenidas por su padre, que trabaja como vigilante en la zona.

Más tarde, a las 23:00 (hora local) un sintecho reportó a la Policía haber encontrado en el mismo barrio una maleta abandonada en la que se hallaba el cadáver acurrucado y atado de la menor con una profunda herida en la garganta.

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Los primeros indicios mostraron que la cabeza de Lola fue casi arrancada, mientras que su cuerpo llevaba inscripciones. La autopsia posterior realizada el sábado estableció que el fallecimiento se debió a la asfixia, recoge el diario parisino Le Parisien.

En un video posteado en Twitter por el periodista Clément Lanot, quien reveló el hallazgo del cuerpo, se aprecian lonas blancas extendidas sobre una fachada y a policías que trabajan en el lugar.

Los agentes lograron arrestar a tres personas cerca de la escena del crimen, al tiempo que detuvieron a una mujer en la localidad de Altos del Sena, al oeste de París. También se reportó el arresto de otros dos individuos, pero para el domingo solo cuatro permanecían bajo custodia.

De acuerdo a Le Parisien, se trata de dos hombres y dos mujeres, todos procedentes de Algeria, cuya edad varía de 26 a 43 años. Todos son sospechosos de «asesinato» de una menor «con actos de tortura y barbarie«.

Lola en compañía de una mujer

Una de las incógnitas que rodea el caso es una mujer, de entre 20 y 30 años, que aparece en las cámaras de seguridad. En la grabación se ve que la mujer hace señales para que la muchacha entre en el edificio. Un vecino, que habría visto el video con el padre de Lola, describió lo visto: «Lola no parecía nada tranquila. Entendemos que lo que está ocurriendo no es normal».

La descripción de esta sospechosa corresponde con la de una mujer a la que varios testigos sostienen haber visto esa misma tarde, tirando con dificultad un baúl en la calle.

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Un vecino de la zona dijo a la Policía que una mujer le pidió ayuda para llevar una maleta hasta un coche. Según el periódico dominical JDD, la sospechosa, una magrebí de unos 30 años, le prometió al hombre una cantidad de dinero relacionado con el tráfico de órganos.

Sin embargo, el residente se negó a ayudar tras ver la ropa blanca ensangrentada en el automóvil. Se cree que un conductor de Uber pudo haber brindado apoyo a la mujer, que posteriormente abandonó la maleta cerca de la casa de Lola.

Mientras sigue la investigación, los parisinos han llenado con ramos de flores el área frente al edificio de diez pisos donde vivía la víctima. Por su parte, las autoridades de educación anunciaron que se proporcionará «apoyo psicológico» para las escuelas en ese barrio a partir del lunes.