EE.UU. pone fin al programa ‘Quédate en México’, con el que deportó al país vecino a casi 70.000 migrantes que pidieron asilo
El Gobierno de Joe Biden dio por finalizado este martes el programa de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), mediante el cual deportó a México a unos 68.000 centroamericanos que solicitaron asilo en EE.UU. y que fueron obligados a esperar la resolución de sus casos en el país vecino.
El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Alejandro Mayorkas, notificó esta decisión a través de un memorando enviado a los titulares de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la agencia de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS).
«Ordeno al personal del Departamento de Seguridad Nacional que tome todas las acciones apropiadas para rescindir el MPP», apuntó Mayorkas en el oficio.
Biden y el MPP
Tras asumir la Presidencia de EE.UU., Biden ordenó la suspensión de nuevos registros en el programa, conocido también como ‘Quédate en México’, creado e implementado por su antecesor, Donald Trump.
El pasado 11 de febrero, el Departamento de Seguridad Nacional anunció un plan para procesar gradualmente los casos de migrantes deportados a México bajo ese programa. Entre el 19 de febrero y el 25 de mayo, el Gobierno de Biden permitió la entrada a EE.UU. de 11.200 personas para que continuasen allí sus trámites de asilo.
En su revisión de ‘Quédate en México’, Mayorkas expuso que su implementación no había mejorado «de manera adecuada o sostenible la gestión de fronteras».
«Comparto la creencia de que solo podemos gestionar la migración de manera eficaz, responsable y duradera, si nos acercamos al tema de manera integral, mirando mucho más allá de nuestras propias fronteras», afirmó Mayorkas en el memorando.
Asimismo, el secretario de Seguridad Nacional aseguró que el Gobierno estadounidense está comprometido a aumentar el acceso a la justicia y ofrecer protección a los migrantes que huyen de la persecución y la tortura, mediante un «sistema de asilo que toma decisiones de manera justa y oportuna«.