El papa Francisco visitó este domingo la isla griega de Lesbos para ofrecer consuelo a los migrantes en un campo de refugiados y criticar la indiferencia y el egoísmo de las naciones de Europa que no quieren albergar a estas personas, recoge AP. «¡Por favor, detengamos este naufragio de la civilización! […] ¡Pido a cada hombre y mujer, a todos nosotros, que superemos la parálisis del miedo, la indiferencia que mata, el desprecio cínico que despreocupadamente condena a muerte a los marginados!», declaró el sumo pontífice.

«¡Dejemos de ignorar la realidad, dejemos de traspasar constantemente la responsabilidad, dejemos de traspasar el tema de la migración a otros, como si no le importara a nadie y fuera solo una carga inútil para ser asumida por otra persona!», sostuvo el papa, quien subrayó que el mar Mediterráneo, «la cuna de tantas civilizaciones», se había convertido en un cementerio donde con demasiada frecuencia se hunden los barcos llenos de gente desesperada. Este viernes, durante su visita a Chipre, pronunció un discurso, en el que comparó los centros de refugiados actuales con los campos de concentración nazis.