Descubren restos humanos en Misisipi después de que un condenado a muerte admitiera haber matado a su cuñada poco antes de ser ejecutado
Las autoridades de Misisipi (EE.UU.) han descubierto lo que creen que son los restos de Felicia Cox, despues de que su cuñado David Neal Cox admitiera la responsabilidad de su asesinato en 2007, poco antes de su ejecución por otros delitos el mes pasado.
El pasado domingo, la Policía, siguiendo una pista del reo, desenterró restos humanos que se cree que son los de Felicia Cox en un terreno que había pertenecido a su familia en el condado de Pontotoc. Los restos se llevarán al laboratorio de criminalística del estado para realizar una autopsia que determine la causa de la muerte y pruebas de ADN para confirmar la identidad, según la forense del condado de Pontotoc, Kim Bedford.
Antes de su ejecución el 17 de noviembre, David Cox dijo a sus abogados que había matado a Felicia Cox en 2007, dando instrucciones detalladas sobre dónde podían encontrar sus restos y renunciando a su privilegio de abogado-cliente después de la muerte, según John Weddle, el fiscal de distrito de varios condados del norte de Misisipi.
«Nuestra oficina está en deuda con muchos mientras reflexionamos sobre el descubrimiento de lo que parece ser los restos de Felicia Cox hoy en el condado de Pontotoc», indicó Weddle el domingo pasado en un comunicado publicado en su página oficial de Facebook. «Estamos agradecidos de que la familia pueda ahora comenzar el proceso de dar sepultura a Felicia Cox».
Felicia Cox, que entonces tenía 40 años, fue vista por última vez en julio de 2007 visitando a su cuñada, Kim Kirk Cox, en Pontotoc. Kim, que estaba casada con David Neal Cox, fue asesinada por éste en mayo de 2010, crimen por el que posteriormente fue sentenciado a muerte. Su ejecución por inyección letal fue la primera en Misisipi en casi una década.
Un jurado lo condenó a muerte en 2012, pero su ejecución se retrasó mientras interponía apelaciones. Cox abandonó esas apelaciones en 2018. En ese entonces, la Corte Suprema de Misisipi encontró que el individuo había sido mentalmente competente cuando renunció a sus derechos de apelación.