Cuatro condenados en Brasil por el incendio en una discoteca que dejó 242 muertos y más de 600 heridos
Un tribunal brasileño condenó este viernes a cuatro hombres por el incendio ocurrido el 27 de enero de 2013 en una discoteca de Santa Maria (Río Grande del Sur, Brasil) que se saldó con 242 muertos y 636 heridos, la mayoría de ellos jóvenes, informan medios locales.
La tragedia se desencadenó en el club nocturno Kiss, donde se celebraba una fiesta universitaria, cuando el vocalista de la banda musical Gurizada Fandangueira encendió un artefacto pirotécnico y las chispas golpearon parte del techo, que estaba cubierto con una espuma para el aislamiento acústico, lo que provocó que el fuego se extendiera rápidamente.
«Inmensa gravedad»
Además, el fuego liberó gases tóxicos que provocaron varias muertes por asfixia, mientras que algunas personas perdieron la vida al ser pisoteadas en medio del caos. Los extintores del local no funcionaron y el local no tenía salida de emergencia.
Tras diez días de juicio, el juez Orlando Faccini Neto condenó a prisión a todos los imputados. La pena para Elissandro Spohr, dueño de la discoteca, es de 22 años y 6 meses, mientras que la de su socio Mauro Hoffman asciende a 19 años y 6 meses. Por su parte, Marcelo de Jesus dos Santos, vocalista de la banda, y Luciano Bonilha Leão, asistente de escena, han sido condenados a 18 años de cárcel cada uno.
«En un caso como el presente, hay que tener en cuenta que estamos ante la muerte de 242 personas, una circunstancia que, en la órbita de la intención eventual, ya contiene una inmensa gravedad», declaró el magistrado.
Hábeas corpus
Si bien Faccini determinó que fueran detenidos en el juzgado, la defensa de Spohr solicitó el hábeas corpus para su cliente, que el Tribunal de Justicia aceptó, por lo que no pudo ser arrestado. Se les concedió el mismo derecho a los otros tres condenados, motivo por el que permanecerán en libertad a la espera de que los tribunales superiores se pronuncien sobre sus respectivas apelaciones.
Un total de 28 personas, incluidas algunas que se encontraban en el local el día del incendio, estuvieron presentes en el juicio. «Me quemé el 18 % de mi cuerpo yperdí un pie. Llevo una prótesis como resultado de todo lo que pasó», explicaba Kellen Ferrreira, una de las supervivientes.
Aquel incendio fue el segundo más grave ocurrido en el país por número de víctimas, después del sucedido en 1961 en el Circo Americano de Niteroi, en Río de Janeiro, donde murieron 503 personas, la mayoría niños.
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