«Construir un país para los excluidos»: Altas expectativas previo a la investidura del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro
Gustavo Petro, a sus 62 años, llega a la presidencia de Colombia que tiene altas expectativas en el nuevo Gobierno, y con una clara lista de exigencias entorno a la educación, la salud, la economía y sin duda la paz.
En una de las 20 localidades de Bogotá se encuentra Ciudad Bolívar, que además de ser una de las más grandes, es también de las más diversas.
Allí, se forma una pequeña Colombia donde confluyen las realidades de los territorios más olvidados y violentados del país, pero también de la resistencia, la lucha y los liderazgos que se contraponen a la marginalidad y encabezan una ruta hacia el cambio, reflejo de ello fueron los más de 200.000 votos obtenidos por Gustavo Petro en la contienda presidencial, resultado de las convicciones de los líderes populares de la junta vecinal.
«Estamos convencidos, muchísimos líderes, muchísima gente de a pie, de abajo, que es la gran posibilidad de construir un país para los excluidos, nosotros», expresa Judith Suárez Obando, lideresa de la localidad.
En 2013, Petro fue destituido como alcalde de Bogotá y suspendido por 15 años de cualquier cargo público debido a una crisis durante su gobierno relacionada con el sistema de recolección de basura, situación que pudo representar una «muerte política» para el mandatario electo. Sin embargo, el apoyo de cientos de personas que hasta este 2022, luego de su tercer intento presidencial le acompañaron y hoy son parte fundamental de los resultados electorales, no solo como respaldo sino también como garantes del cumplimiento de sus promesas.
«Una de las exigencias de aquí de Ciudad Bolívar —no voy a hablar de todos los jóvenes, pero sí de la gran mayoría— es a un trabajo digno y que tengan un acceso a la universidad«, manifiesta el líder juvenil, Diego Fernando Medina Rojas.
Aunque, Gustavo Petro ha sido denominado como un líder de la izquierda progresista y para muchos analistas se sale de los estándares de un país tradicionalmente de derecha, quienes creyeron y motivaron el voto por él, creen que el siguiente paso en el camino es un presidente que represente en su totalidad el poder popular.
Sandra Liliana Sánchez Ospina, activista social revela que se trata de «un sueño anhelado por muchos» por el que trabajaron en esta campaña. «Desde las bases populares fue que logramos cuidar los votos para que se diera y se lograra este Gobierno, esta presidencia del pueblo porque realmente es la representación del pueblo. Nosotros nos vemos representados ahí y el paso que sigue es llegar al poder popular», asegura.
El político logró más de 11 millones de votos, récord en la historia del país, superando en 900.000 sufragios al presidente saliente, Iván Duque.
El mandatario electo realizó una toma de posesión simbólica en una ceremonia ancestral en la Sierra Nevada, en el norte del país. El acto fue organizado por una comunidad indígena en vísperas de la investidura oficial, prevista para el domingo 7 de agosto.