Confirman que el proyecto internacional para medir las ondas gravitacionales en el espacio sí es realizable y pasa a una nueva etapa de desarrollo

El proyecto conjunto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA para construir un observatorio orbital con el objetivo de detectar y medir ondas gravitacionales ha pasado con éxito la fase A, el examen de su factibilidad por un panel internacional de expertos.

Según comunicó el 4 de mayo LISA Consortium, el ente promotor de la Antena Espacial de Interferómetro de Láser (LISA, por sus siglas en inglés), nombre oficial del futuro conjunto de sondas espaciales, ahora comienza la «fase B1, enfocada en la definición preliminar de la misión».

Este conjunto consistirá en tres sondas espaciales que orbitarán alrededor del Sol en una especie de triángulo, y estarán separadas a una distancia de unos 2,5 millones de kilómetros. Al igual que ocurre con el interferómetro LIGO, construido en EE.UU. entre 2002 y 2010, LISA efectuará un seguimiento de alta precisión entre las tres sondas espaciales. Cuando una onda gravitacional pase por los detectores, el sistema detectará un breve cambio de distancia entre estas sondas debido a las distorsiones en el espacio-tiempo.

Las ondas gravitatorias, predichas por Albert Einstein hace más de un siglo, son emitidas por algunos de los fenómenos astrofísicos más extremos del universo, como fusiones de dos agujeros negros supermasivos o con una estrella de neutrones. Los científicos esperan que la ventaja de tener unos brazos tan largos permita a LISA registrar eventos de menor frecuencia que las detectables por los observatorios terrestres como LIGO, que hipotéticamente solo pueden captar las ondas gravitacionales originadas por la colisión de los agujeros negros más grandes.

El examen al que el proyecto fue sometido en esta etapa «fue un gran éxito para todas las partes interesadas y fruto de un trabajo vigoroso por parte del Consortium, la NASA y la ESA en los últimos años», valoró el gerente de estudios de LISA en la Agencia Espacial Europea. El personal involucrado en el proyecto tiene por delante el reto de desarrollar la tecnología para la misión, que incluirá sistemas de láser, telescopios y sensores, a parte de elegir un diseño para las sondas.