Cómo acertar siempre con la ISO
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La sensibilidad ISO es una de las cosas que cambió para siempre con la llegada de la fotografía digital. Antes teníamos que cambiar de carrete o ajustar el revelado para conseguir registrar más o menos luz. Hoy solo hace falta subir y bajar este parámetro para lograr una imagen correctamente expuesta. Así que vamos a aprender a controlar el ISO de nuestra cámara.
En los tiempos pasados los fotógrafos teníamos que llevar dos cámaras con dos carretes de sensibilidades distintas, En mi caso iba con diapositiva de 100 ISO en una y uno de blanco y negro de 400 ISO en otra. Así tenía la posibilidad de disparar en todo tipo de situaciones sin miedo a perder algún disparo.
Pero todo ese lío cambió con la fotografía digital, y en poco tiempo fue posible disparar con sensibilidades que ni siquiera soñábamos con la película con semejante calidad. Así que nos toca aprender para sacarle todo el provecho a un universo posibilidades respecto a lo que teníamos antes.
¿Qué es la sensibilidad?
La sensibilidad es lo sensible que es el sensor a la luz para provocar una carga determinada. Para medirla tenemos el estándar ISO (International Organization for Standardization), que mide, en una progresión geométrica, con una relación 1:2 (100-200-400-800-…), la cantidad de luz que se necesita para provocar una densidad determinada en la superficie del sensor.
La sensibilidad es lo sensible que es el sensor a la luz para provocar una carga determinada
El problema es que en el mundo de la fotografía digital nos encontramos varias normas ISOS, y cada fabricante puede elegir la que sea más favorable, pero basándose en el estándar que todos conocemos desde la época química. Es decir, el ISO es una referencia que depende de la sensibilidad de salida estándar (SOS) y del Índice de exposición recomendado (REI), algo que mucha gente desconoce:
SOS: es una norma que se aplica exclusivamente a los archivos jpeg con espacio de color sRGB y que utilizan Olympus y Pentax. Tiene un valor equivalente al 0.71 de la sensibilidad ISO
REI: norma que depende del criterio del fabricante (Canon, Nikon y Sony) y que se basa en su experiencia empírica en lo que crea el fabricante que da mejor resultado de exposición.
Esto hace que el tema de la sensibilidad se complique enormemente. Pero vamos a seguir pensando solo en ISO, y partiremos de la base de que siempre hablaremos de una aproximación y que los resultados pueden cambiar de una marca a otra.
Cómo trabajar con la sensibilidad en las cámaras actuales
La sensibilidad digital depende de muchos factores, desde el tamaño del sensor y de los píxeles, la colocación de los circuitos, el conversor analógico digital, el procesador. Incluso depende del programa con el que revelamos nuestras fotografías. No es lo mismo trabajar con Adobe Camera RAW, que con Capture One o Snapseed.
No debemos hablar de grano, como con la película, sino de la relación señal-ruido. Hay que diferenciar entre señal, dato que construye la imagen; y ruido, que siempre acompaña a la señal y le afecta más o menos en la trasmisión de información.
Es lo que provoca que un ISO tenga más ruido que otro. Para no complicarnos, siempre deberíamos trabajar con el ISO nominal, el ISO más bajo que nos ofrezca la cámara, sin ayuda del software (cuando veis el valor ISO entre dos líneas en vuestra cámara es mala señal).
Cada vez que subamos el ISO un paso, es decir, de 100 a 200, de 200 a 400… conseguimos que sea el doble de sensible por un sencillo truco: la ganancia. Subir el ISO solo es amplificar la señal recibida, igual que si subimos el volumen de nuestro equipo de música.
Si el equipo es bueno, el resultado de esa amplificación será perfecta hasta un límite que nosotros debemos decidir. ¿Y cómo lo sabemos? Hay dos formas de hacerlo, una más sencilla y otra más complicada.
Basado en la experiencia visual
Colocamos la cámara en un trípode frente a una pared en esquina con una zona iluminada y otra oscura, por ejemplo. Necesitamos ver luces y sombras:
- Ajustamos la exposición con el ISO nominal en Prioridad al diafragma (Av) en f11 con el tiempo de obturación que indique.
- Vamos subiendo el ISO sin modificar nada más.
- Una vez hechas las fotografías las abrimos en Adobe Photoshop o en cualquier programa que permita abrir todos los archivos a la vez.
- Ampliamos al 100% y visualmente decidimos cuál es el límite que queremos usar en nuestra cámara, comparando tanto las luces como las sombras.
Método científico
Esta opción es más compleja, pero no se basa en nuestro criterio visual, sino en la respuesta de una de las herramientas del histograma de Adobe Photoshop. El proceso es largo y lo contamos aquí. Pero vamos a ver un resumen.
Tenemos que hacer una fotografía a una carta gris con una iluminación uniforme. Y lo más importante es centrar la exposición, que el histograma quede en el centro. Después vamos subiendo el ISO para conseguir la misma exposición en todos los disparos.
Abrimos todos los archivos en Adobe Photoshop y en la ventana Histograma marcamos el modo vista Expandida. La idea es ver el dato Desviación estándar. Este valor deberá estar en todas las fotografías con un valor que aumente de forma lenta y progresiva.
En aquel archivo en el que suba de manera notoria será el límite ISO que podemos utilizar realmente con nuestra cámara. Y os aseguro que no falla.
Algunos consejos para utilizar el ISO
Al final tenemos que usar el ISO que nos permita hacer una fotografía con el diafragma que necesitemos sin que baje excesivamente el tiempo de obturación para evitar la fotografía trepidada. Por supuesto, tendremos claro cuál es el ISO más alto que podemos utilizar sin que nos moleste el ‘ruido’.
Personalmente, siempre empleo el ISO automático, ajustando el mínimo y el máximo que quiero, una de las funciones más interesantes de las cámaras actuales. En mi Sony A7III, siempre disparo entre 100-6400 ISO; y en mi Sony RX100 IV me muevo entre 125-1600 ISO.
El ISO nos puede ayudar mucho si tenemos un flash pequeño. Solo hace falta subir la sensibilidad para conseguir que el flash parezca mucho más potente e ilumine con más intensidad. Es decir, la luz llegará más lejos con la misma potencia. Y así evitamos también gastar la batería de nuestro sistema de iluminación.
De esta manera, después de hacer todas las pruebas que hemos señalado, me olvido de este parámetro en mis cámaras digitales. Es muy cómodo cuando trabajas con una iluminación cambiante.
Eso sí, si utilizo un trípode, siempre trabajo con la sensibilidad nominal, la más baja de mi cámara, para aprovechar al máximo la calidad del sensor. Aunque hay veces, como con la fotografías nocturna, que es necesario subir el valor para poder registrar las luces más tenues.
Hoy en día es algo que ya no da tanto problema, salvo que trabajemos con un móvil con ISOS altos o con una cámara antigua. Y algo para terminar muy importante, el ruido se ve más en las pantallas que en el papel. Si imprimís una fotografía, la misma textura del papel bajará el ruido sin hacer absolutamente nada.
Y si en alguna ocasión tienes que subir el ISO, hazlo sin miedo. Es peor no hacer una fotografía o perderla porque está movida. En el pasado no era tan preocupante tener ruido, lo que más les importaba era que la imagen fuera realmente potente.