Civilizaciones extraterrestres podrían vivir de la energía de los agujeros negros y la ciencia explica cómo
Si existe alguna civilización extraterrestre tecnológicamente desarrollada, esta debe consumir mucha energía. Siguiendo esta premisa, hace más de medio siglo el astrofísico ruso Nikolái Kardashov propuso tratar de detectar desde la Tierra indicios de un gran consumo energético en el cosmos y descubrir así la existencia de una civilización alienígena. Un nuevo estudio aplica esta idea al hipotético escenario de que una inteligencia extraterrestre pudiera redirigir en su beneficio la energía de un agujero negro.
Los cálculos realizados por un equipo internacional de investigadores indican que si los extraterrestres alcanzaran un cierto nivel de evolución tecnológica, necesitarían al menos 400.000.000.000.000.000.000 megavatios de energía, preferentemente lumínica. Para colectar y aprovechar esta enorme cantidad de energía tendrían que desplegar en torno a su mundo una megaestructura denominada esfera de Dyson (que lleva el nombre del físico Freeman Dyson), creen los científicos.
El estudio evalúa cuál de las fuentes de energía disponibles alrededor de los agujeros negros podría ofrecer más luz para alimentar la vida y concluye que sería el disco de acreción, entre otras alternativas como el fondo cósmico de microondas y la radiación de Hawking. De un total de seis opciones, solo los chorros relativistas que salen del agujero negro a medida que engulle otros cuerpos espaciales servirían potencialmente para extraer más energía, pero eso solo sería posible si la esfera de Dyson montada por los extraterrestres fuera capaz de utilizar también la energía cinética y no solo la lumínica.
Los resultados del estudio, recogidos en la edición de septiembre próximo de la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, «sugieren que para un agujero negro de masa estelar (…) el disco de acreción podría proporcionar cientos de veces más luminosidad que una estrella de secuencia principal». Esto equivale a 100.000 veces la luminosidad del Sol, suficiente para mantener una civilización Tipo II en la escala de Kardashov (la humana se encuentra en el umbral del Tipo I).
Los cálculos se realizaron para modelos de agujeros negros que acumulan entre 5 y 20 masas solares y también para un gigante de 4 millones de veces la masa del Sol, como es Sagitario A*, el agujero negro del centro de nuestra galaxia. Una esfera de satélites artificiales podría llegar a recolectar energía eficazmente en todos los casos, creen los científicos, liderados por el astrofísico taiwanés Tiger Yu-Yang Hsiao de la Universidad Nacional Tsing Hua.
El equipo se plantea también la pregunta de si serían detectables por la tecnología terrestre estas esferas de Dyson construidas en torno a los agujeros negros. Los autores estiman que sí: dentro de nuestra galaxia se puede detectar un despliegue múltiple de satélites para colectar energía por su calor «residual» en longitudes de onda ultravioleta, óptica e infrarroja. Y esta detección podría efectuarse por telescopios existentes como el Hubble y el Wide-field Infrared Survey Explorer o gracias a proyectos de investigación en curso como el Sloan Digital Sky Survey.
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