Científicos logran retrasar el envejecimiento en ratones y esperan que el método pueda funcionar en humanos
Un equipo internacional de científicos ha logrado prolongar la esperanza de vida de ratones en laboratorio en un promedio de hasta el 23 %, un avance que esperan se pueda replicar en humanos, según un estudio revisado por pares y publicado en la revista Nature Communications.
En el organismo de 250 ratones, los responsables de la investigación aumentaron el nivel de una proteína conocida como SIRT6, que normalmente disminuye con el envejecimiento, logrando resultados increíbles. «Los cambios que vimos en los ratones podrían ser trasladables a los humanos, de ser así sería emocionante», afirmó el autor principal del estudio, Haim Cohen, profesor de la Universidad de Bar-Ilan, en Israel.
Si las personas recibieran un incremento del nivel de proteínas que controlan la tasa de envejecimiento saludable, la esperanza de vida humana promedio podría llegar hasta casi los 120 años, sugirió Cohen. En el marco del estudio, se observó que los ratones machos y hembras vivían respectivamente un 30% y un 15% más que los ejemplares del grupo de control.
Al evaluar las razones de ello, los investigadores notaron que un síntoma del envejecimiento es la pérdida de la capacidad de la SIRT6 para extraer energía de las grasas y el ácido láctico, mientras que los animales con altos niveles de dicha proteína podían obtener fácilmente energía de esas fuentes a pesar de su avanzada edad. Además, esos roedores tenían menos colesterol, menos incidencia de cáncer y podían correr más rápido.
«Este descubrimiento muestra que la SIRT6 controla la tasa de envejecimiento saludable, y esto indica que impulsar su actividad podría potencialmente retrasar el envejecimiento», dijo Cohen. Sin embargo, señaló que en la actualidad no existen las herramientas necesarias para implementar esa tecnología en los humanos.
Una de las formas más fáciles para aumentar los niveles de esa proteína en ratones sería modificando genéticamente a esos animales, mientras que en humanos se necesitarían medicamentos. Por esta razón Haim Cohen y sus colaboradores trabajan en la identificación de fármacos que permitan elevar de forma segura esa proteína en nuestro organismo, un objetivo que creen que podrían lograr en los próximos dos o tres años.
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