Científicos descubren cómo hacer más viable la comercialización de la electricidad producida por fusión nuclear
Un equipo de científicos de la Autoridad de Energía Atómica del Reino Unido (UKAEA, por sus siglas en inglés) han desarrollado un sistema de escape capaz de reducir las inmensas temperaturas creadas durante el proceso de fusión nuclear, algo que hasta ahora había limitado la viabilidad comercial de este tipo de fuente de energía, informa World Nuclear News.
Durante siglos, el ser humano ha soñado con alcanzar una fuente de energía inagotable, limpia y segura, que cubra todas las necesidades del planeta sin presentar una amenaza para la salud y el medio ambiente. La tecnología de fusión nuclear es una candidata prometedora que, a diferencia de la fisión nuclear (que utiliza el uranio altamente radiactivo como combustible), se basa en la fusión de átomos de hidrógeno, cuya radiactividad es mucho menor y no generan reacciones en cadena. Así, en caso de un accidente, la radiactividad no se expandiría sin control.
Sin embargo, los reactores de fusión nuclear son proyectos experimentales, que se hallan en proceso de diseño y realización, y que aún no se consideran económicamente viables debido a su elevado costo de construcción y mantenimiento.
Una central eléctrica de fusión utiliza una máquina llamada tokamak (acrónimo del ruso de ‘cámara toroidal con bobinas magnéticas’) para permitir que los átomos de hidrógeno se fusionen, liberando energía que se puede transformar en electricidad. Pero las reacciones de fusión producen mucho calor y, sin un sistema de escape para manejarlo, los materiales dentro del reactor se deterioran rápidamente y deben reemplazarse con frecuencia.
Por este motivo, los científicos de la UKAEA desarrollaron el desviador Super-X, un sistema en el que han trabajado durante casi una década y que ahora, finalmente, parece ser efectivo. Las pruebas experimentales mostraron una reducción de al menos 10 veces del calor generado en el proceso de fusión.
Andrew Kirk, científico principal del proyecto, afirmó que los resultados fueron «fantásticos», y subrayó que «Super-X reduce el calor en el sistema de escape desde un nivel de soplete hasta uno similar al que encontraríamos en el motor de un automóvil», por lo que muchas partes del tokamak tendrían que ser reemplazadas apenas una vez durante la vida útil de una planta de energía.
«Es un desarrollo fundamental para el plan del Reino Unido de echar a andar una planta de energía de fusión a principios de la década de 2040 y para llevar energía baja en carbono al mundo», concluyó Kirk.