Una fiesta de boda celebrada en un suburbio de Sídney (Nueva Gales del Sur, Australia) ha provocado duras críticas en el país luego de que los invitados ignoraran las medidas sanitarias para prevenir el covid-19.

De acuerdo con el medio local 7News, la gerencia del salón donde tuvo lugar el evento el pasado domingo se vio obligada a expulsar a varios de los asistentes por negarse a acatar las reglas.

Imágenes de la conmemoración publicadas en redes sociales muestran a una gran cantidad de personas abarrotadas en una pista de baile, saltando unas con otras sin respetar el distanciamiento social y sin usar tapabocas.

Michael Kidd, subdirector médico australiano entrevistado por el canal, considera «inaceptable» y «decepcionante» que las personas no «tomen en serio» la actual crisis sanitaria. Asimismo, subraya que los participantes en la boda estaban poniendo vidas en riesgo y habrían podido provocar con facilidad un nuevo brote de coronavirus violando reglas y regulaciones que «se implementan para protegernos a todos».

«Puede haber personas que no presentan síntomas o los presentan muy leves, pero que aún resultan muy infecciosas para otros. No podemos permitirnos que comiencen a aparecer un gran número de casos en Nueva Gales del Sur», acentuó el funcionario.

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Según las actuales normativas de prevención de la enfermedad en Nueva Gales del Sur, citadas por Daily Mail Australia, el número máximo de personas que pueden asistir a una boda o a una reunión es de 150, que deben mantenerse a cuatro metros de distancia y a tres metros de los artistas o músicos invitados. Otras pautas obligan a los novios a bailar solos en la pista de baile y a que las personas que beban alcohol permanezcan sentadas. Por otro lado, el sitio de la recepción debe estar registrado como establecimiento ‘seguro’ ante el covid-19.

Las autoridades afirman que el estado se encuentra en un punto crítico para prevenir una segunda ola de contagios, similar a la ocurrida en el estado de Victoria, que ha visto cientos de nuevos casos de transmisión comunitaria diarios y comenzó una cuarentena de seis semanas el pasado 6 de agosto. Si bien Nueva Gales del Sur no presenta cifras tan altas, hay un número creciente de casos sin una fuente conocida que han causado preocupación.