El académico señala que una vez que se hace la prueba de manejo el conductor se da cuenta del confort del vehículo eléctrico y sus ventajas: no hace ruido, no contamina y se puede cargar en las casas.
Sin embargo, González aclaró que cada fabricante de vehículos eléctricos tiene su particularidad. Por eso no es posible generalizar un estudio para todos.
“Cada fabricante tiene su manera de hacer las cosas, el sistema de almacenamiento es lo que diferencia. No se puede generalizar el comportamiento de un vehículo a otra marca. No es posible extrapolar el resultado a otro”, advierte. Por eso aclara que siempre son necesarias las pruebas.
Las pruebas se realizan en una ciudad latinoamericana intermedia como los es Cuenca. Y allí, con rutas con pendientes, se comprobó que los vehículos eléctricos funcionan.
González también hizo un estudio comparativo con el tranvía, que ya está en operaciones en la capital Azuay. El investigador encontró, de manera preliminar, que los buses eléctricos son más eficientes que el tranvía. Considera ideal un sistema que integre ambos modelos: tranvía y buses eléctricos que podrían funcionar en la ciudad.
Para el ciudadano la incorporación de esta tecnología, agregó González, lo beneficiará directamente. “La contaminación es la responsable de reducir la vida promedio de los habitantes del planeta en 1.8 años”, aseguró.