Cablebús, el teleférico diseñado para facilitar la movilidad en Ciudad de México

Desde muy temprano, ríos de gente emergen del corazón de Iztapalapa, municipio de la Ciudad de México que hasta hace unas semanas estaba en la lista de los 15 más violentos del país.

En esa zona de difícil acceso, las personas no solo se desplazan en autobús o metro, ahora usan la recién inaugurada Línea 2 del Cablebús, inspirada en el sistema Mi Teleférico construido por Evo Morales en Bolivia.

Los vecinos lo califican como una opción de transporte «magnífica», ya que acorta notablemente los tiempos de viaje. Y destacan, además, que les brinda seguridad y comodidad.

Ecología y seguridad

Se trata de la segunda línea de teleférico que construye el gobierno capitalino, que busca tres objetivos principales: reducir tiempos de traslado, facilitar la movilidad en la zona y bajar emisiones contaminantes del transporte.

De hecho, con la operación de las dos líneas del teleférico se dejarán de emitir a la atmósfera más de 16.000 toneladas de dióxido de carbono al año.

En palabras del subdirector de Planeación y Políticas de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, Rodrigo Díaz, «también es un proyecto de rescate de espacios públicos, es un proyecto de seguridad a nivel colonia; es un proyecto que, en general, acerca a la ciudad y dignifica el viaje».

Arte urbano y paisaje de montaña

A semanas de su entrada en operación, logró el récord Guinness como la línea de teleférico más larga del mundo dedicada al transporte público.

La Línea 2 del Cablebús utiliza 305 cabinas que transportan diariamente cerca de 50.000 personas. Cada una de las cabinas puede trasladar a hasta 10 pasajeros a la vez.

Fachadas de colores, un centenar de murales hechos por 40 artistas urbanos y casas que intentan minimizar la marginalidad de la zona, son postales que los pasajeros pueden apreciar durante los siete minutos que dura en promedio el trayecto entre cada estación.

Muchas personas no solo lo usan para transportarse, sino para pasar tiempo en familia y apreciar las montañas de la Sierra de Santa Catarina como nunca lo habían hecho.

Incentivar la economía

El Cablebús también trajo desarrollo a la zona. Debajo de la estación Desarrollo Urbano Quetzalcóatl se instaló un mercado con el mismo nombre, que cuenta con 150 locales y beneficiará la economía de 600 personas directamente y 5.000 vecinos aledaños a este punto.

Tras la crisis por la pandemia, algunas familias encontraron una fuente de ingresos en este mercado.

De acuerdo con las autoridades, se estiman ingresos por 115,4 millones de dólares durante el primer año de operación del teleférico, la creación de 1.475 unidades económicas y la generación de 4.200 empleos en esta demarcación.

Regreso del Estado

«Es un proyecto que disminuye desigualdades y que tiene una cosa muy importante: hizo que el Estado llegara a zonas donde había estado ausente durante años», señala Rodrigo Díaz.

Y, aunque México llega más de una década tarde al uso de este transporte en comparación con otros países de América Latina, las autoridades han adelantado que ya se contempla la ampliación del teleférico en la capital.

Pues el verdadero valor para los usuarios es el impacto en su vida y su contexto social, que se traduce en movilizarse de una forma moderna, eficaz y segura.

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