La pasión de la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por los perros es conocida, pero este año volvió a ser noticia y tendencia en las redes sociales después de que se publicara un video inédito en el que presenta, acaricia y juega con los cinco cachorros de su perra Catita.

Las imágenes datan de 2010, cuando ella cumplía con su primer Gobierno, y muestra a las mascotas en la residencia oficial de Olivos, ubicada en las afueras de Buenos Aires. En un tono coloquial, la exmandataria cuenta la vida de Catita, quien fue regalada a su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, y a la que le costó quedar preñada.

«Son los cachorros del Bicentenario, digo yo, porque nacieron el 31 de mayo de este año. Yo me quiero quedar con todos, me estoy peleando con Kirchner», contó Fernández de Kirchner antes de lanzarle una advertencia a uno de los perros: «Hacete el vivo conmigo ¿sabés a quién le estás ladrando, vos?«.

Escándalo

El año pasado, el presidente Jair Bolsonaro presentó a un nuevo integrante de la familia presidencial: Augusto Bolsonaro, un perro al que, al igual que su colega argentino, le abrió una cuenta en Instagram.

«Soy un pastor maremmano y tengo un añito. Fui rescatado en la calle el 19 de junio. Mi mamá es Michele Bolsonaro y mis hermanas son Letícia y Laura», explicó el perfil que se viralizó de inmediato y que convirtió al animal en una celebridad. De inmediato se especuló con que el nombre era un homenaje al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet.

La simpatía inicial que desató la noticia mutó a los pocos días en indignación y en burlas, cuando apareció el dueño del perro y tuvo que ser devuelto. Su verdadero nombre era Zeus y nada tenía que ver con el poder.

«Bolsonaro, ladrón de perros», fue uno de los hashtag que invadieron las redes mientras la primera dama, Michelle Bolsonaro, se despedía con un sentido: «Mi amor, vamos a extrañar todo lo que hacíamos contigo».

Una década antes, el presidente chileno, Sebastián Piñera, presentó públicamente a un perro al que bautizó como Poder. Reconoció que la mascota incluso lo ayudaba a recaudar fondos. Y en 2017 sumó a su segunda campaña presidencial a Cholito, un perro que adoptó y que había sido atropellado. Al año siguiente, cuando ya había asumido, recibió múltiples mensajes de solidaridad al anunciar que la mascota había muerto.

Contrastes

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no ha usado a mascotas en sus campañas, pero este año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó a Chino, un perro que es una cruza de labrador y golden y que está entrenado para cuidar la seguridad del Palacio Nacional (sede del Gobierno) y del propio mandatario.

«El Chino es un perro de trabajo, su especialidad es el rastreo de explosivos, cada mañana lo saco y hacemos un recorrido por Palacio, le escondo una sustancia explosiva y él la busca y me indica cuando la encuentra (…) es muy querido, toda la gente lo ve y lo quiere acariciar, es un perro muy noble, tranquilo», explica un guardia en la grabación.

Por el contrario, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sí ha demostrado su devoción por los perros, aunque todavía no le ha dado el apellido a ninguno. En 2018 publicó un video para presentar a Yaco.

«Su amor incondicional nos llena el corazón. Amemos a nuestras mascotas y preocupémonos de entregarles una vida buena. Nuestro compromiso es con la tenencia responsable para todas las mascotas», convocó mientras se ve cómo intenta jugar con el perro y este se resiste.

«Dame la pata Yako, estás muy gordo, pero mira cómo este perro mira hacia la cámara, puede llegar a ser un actor de cine. ¿Lo peinaron todo no?. Es un leoncito», presume al lado de la exdiputada y primera dama, Cilia Adela Flores.

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