A su llegada a Quito, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, respaldó el estado de excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso, en respuesta al grave contexto de violencia que atraviesa Ecuador.

Tras sostener una reunión con Lasso en el Palacio de Carondelet, Blinken aseguró este martes que el Gobierno estadounidense respaldaba las acciones para enfrentar «el desafío del narcotráfico y la violencia y criminalidad que conlleva«.

«Sabemos que, en las democracias, hay momentos con circunstancias excepcionales que necesitan de medidas para atender urgencias y situaciones urgentes como la que vive Ecuador ahora», dijo Blinken en conferencia de prensa conjunta con el ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano, Mauricio Montalvo.

Pese a reconocer la situación y respaldar las acciones anunciadas, el secretario de Estado apuntó que estas medidas «deben tomarse de conformidad con la Constitución«, tener «una duración limitada» y apegarse a «los principios democráticos».

De acuerdo con Blinken, Lasso se comprometió durante el encuentro a que su gobierno defendería esos principios democráticos.

Lo que destapa (y lo que esconde) el estado de excepción decretado por Lasso para combatir la delincuencia en Ecuador

«Conmoción interna»

El pasado lunes, Lasso decretó el «estado de excepción por grave conmoción interna» durante 60 días en todo el territorio nacional. Entre los factores expuestos por el Gobierno ecuatoriano para anunciar esta decisión está el incremento en los homicidios, que pasaron de 972 reportados en el 2017, a 1.885 en lo que va del 2021.

En su anuncio, el mandatario señaló que los uniformados podrán realizar controles de armas, inspecciones, patrullajes las 24 horas del día y requisiciones de drogas, entre otras acciones.

Las fuerzas de seguridad tendrán mayor despliegue y, también, gozarán del apoyo oficial para responder legalmente por sus actuaciones sobre los delincuentes y la población civil.