Biografía de John D. Rockefeller
Biografía de John D. Rockefeller. Cómo se generó uno de los mayores patrimonios de la historia. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Y es que el fundador de este clan familiar, el pionero del petróleo John D. Rockefeller, llegó a ser una de las personas más ricas de la historia con un patrimonio estimado de unos 400.000 millones de dólares.
Por supuesto, también fue una figura rodeada de polémica, que se enfrentó a acusaciones de monopolio y fue odiado por muchos de sus competidores, e incluso por simples ciudadanos de a pie. Sin embargo, si hacemos el esfuerzo de juzgarlo con la óptica de su tiempo y sabemos apreciar su ingente labor filantrópica, se trata de un personaje absolutamente fascinante.
Rockefeller fue un excelente inversor, una persona curiosa por naturaleza y un emprendedor que tenía un auténtico don para los negocios.
Como verás en este breve repaso por su biografía, nos ha dejado valiosísimas lecciones y aprendizajes para cualquier persona interesada en la inversión o en la creación de empresas. Biografía de John D. Rockefeller
Índice
Quién es John Rockefeller: familia, infancia y educación
Para saber realmente quién es Rockefeller, debemos empezar por el principio. Y es que, como suele suceder, el lugar de nacimiento, la época que le tocó vivir y su entorno familiar condicionaron en buena medida su futuro.
#1. Infancia y entorno familiar
John Davison Rockefeller, más conocido como John D. Rockefeller, nació el 8 de julio de 1839 en Richford, Nueva York. Después de un par de mudanzas a otras poblaciones del mismo Estado, la familia se trasladó definitivamente a Cleveland pocos años más tarde.
La familia Rockefeller era humilde y religiosa, especialmente la madre.
Por su parte, el padre trabajaba como vendedor de elixires de dudosa eficacia y llevaba una vida casi nómada, pasando largas temporadas fuera de casa.
A pesar de su escaso contacto, John aprendió de su padre algunos rudimentos de los negocios y otras valiosas lecciones que aplicaría el resto de su vida. Al mismo tiempo, su madre inspiraría esa importante vena filantrópica que te comentaba en la introducción.
Como el propio Rockefeller dijo años más tarde, «desde el principio me prepararon para trabajar, ahorrar y donar».
De hecho, ya en la infancia ensayó sus primeros «negocios», como por ejemplo un pequeño préstamo de 50 $ a un vecino granjero. Así, cuando recibió la devolución del préstamo más los intereses correspondientes, se asentó la primera lección de Rockefeller con el dinero:
«En aquel momento decidí que el dinero trabajase para mí, y no yo para el dinero.»
Después de tantos años, este aprendizaje sigue siendo 100% válido y debería guiarnos siempre en la elección de nuestras inversiones, así como en la gestión de cualquier negocio.
Por tanto, si quieres que tu dinero también trabaje para ti, te animo a continuar aprendiendo sobre estos temas. Para ello, puedes suscribirte a mi newsletter gratuita y te haré llegar cada semana nuevas ideas y contenidos sobre inversión.
#2. ¿Qué estudió Rockefeller?
La vida académica de Rockefeller fue breve y sencilla.
De este modo, tras finalizar la escuela y el instituto, simplemente completó un curso de negocios de diez semanas de duración en el Folsom’s Commercial College, en el que aprendió contabilidad.
En cualquier caso, la innata curiosidad de John le impulsó a seguir aprendiendo durante el resto de su vida. No en vano se le conocía como «la esponja».
Sin duda, en lo que se refiere a este espíritu curioso y ávido de aprendizaje, coincido plenamente con él, hasta el punto de inspirar la dedicatoria de mi propio libro.
#3. Matrimonio e hijos
Rockefeller se casó en 1864 con Laura Celestia «Cettie» Spelman, y tuvieron cuatro hijas y un hijo.
Este último, John D. Rockefeller Junior, sería el gran continuador de los negocios de su padre y, especialmente, de su labor filantrópica.
La nueva familia Rockefeller destacó por su frugalidad, llevando una vida sencilla y sin grandes lujos. En este sentido, es célebre la anécdota de que vistieron al pequeño John Jr. con ropa de niña hasta los 8 años, para aprovechar las prendas de sus hermanas.
Y precisamente con la llegada de los hijos, John empezó a dedicar mucho más tiempo a la familia, así como cuidarse y hacer ejercicio. Sin embargo, rehuía la vida social.
Años más tarde llegó a afirmar que ese equilibrio fue la base de su longevidad.
Inicio de su carrera profesional: de empleado a empresario
El joven Rockefeller ya había iniciado su vida laboral años antes de su matrimonio. Comenzó como contable en la empresa Hewitt & Tuttle, poniendo en práctica lo aprendido en su breve paso por la universidad.
Sin embargo, su espíritu emprendedor, ambicioso e inconformista lo llevó a iniciar su propio negocio poco tiempo después.
Se trataba de una empresa comisionista que fundó junto con Maurice B. Clark, para intermediar en los mercados mayoristas de productos agrícolas.
Como dijo en alguna ocasión, sus dos grandes ambiciones eran acumular un patrimonio de 100.000 $ y vivir 100 años. Desde luego, cumplió con creces la primera y se quedó a muy poco de alcanzar la segunda: murió a los 97 años de edad.
Rockefeller y la industria del petróleo: fortuna y monopolio
Como sabes, el origen de la gran fortuna de Rockefeller fue el negocio petrolífero. De nuevo, el estar en el lugar y momento adecuados, unido a un enorme talento para los negocios, produjeron resultados espectaculares.
Veamos cómo empezó todo.
#1. Los albores de una nueva industria
Efectivamente, John D. Rockefeller comenzaba a dar sus primeros pasos en los negocios en el momento en que la industria del petróleo iniciaba su gran desarrollo en Estados Unidos.
De este modo, durante la década de 1860, Rockefeller se introdujo en el sector de las refinerías junto con su hermano y otros socios (Andrews y Clark, fundamentalmente).
Su habilidad para expandir el negocio, reinvirtiendo todos los beneficios en la propia empresa, pronto empezaron a dar sus frutos. Además, la prosperidad económica que vivían los Estados Unidos, cada vez más sedientos de queroseno y en plena expansión hacia el oeste, contribuyeron a su éxito empresarial.
#2. Standard Oil: la gran creación de Rockefeller y origen de su fortuna
El boom económico posterior a la Guerra Civil y la construcción de las grandes líneas de ferrocarril hacía que se demandarán cada vez mayores cantidades de combustible.
En este contexto, John D. Rockefeller decidió emprender una nueva aventura empresarial, esta vez en solitario. Así, el 10 de enero de 1870 nació la célebre Standard Oil Company. Como suele decirse, «lo demás es historia».
A partir de ese momento, Rockefeller emprendió una vertiginosa carrera en la que fue adquiriendo a muchos de sus competidores, especialmente a los menos eficientes. Incorporaba sus negocios, mejoraba los procesos y conseguía hacerlos cada vez más competitivos.
Los consumidores se beneficiaban de precios más asequibles y una oferta más estable; mientras que Rockefeller continuaba ampliando su fortuna y reinvirtiendo en la empresa.
Por supuesto, la actividad de Rockefeller pronto empezó a generarle enemigos, entre acusaciones de prácticas monopolísticas. De hecho, al poco tiempo, el gobierno empezó a legislar para ponerle freno.
Sin embargo, Rockefeller encontró una forma de continuar ampliando su dominio del mercado sin necesidad de absorber a otras empresas. De este modo, en 1882 nació el Standard Oil Trust como una asociación de empresas del sector que compartían una dirección única.
A pesar de las diversas iniciativas legales antimonopolio, Rockefeller mantuvo su posición de dominio absoluto del mercado durante las décadas siguientes.
El desarrollo de la industria del ferrocarril, con la que llegaría a jugosos acuerdos, no hicieron sino aumentar el éxito de la empresa.
Posteriormente, la incipiente industria del automóvil y el consiguiente aumento de la demanda de combustible incrementarían aún más la riqueza de Rockefeller.
#3. El Sherman Antitrust Act y el fin de la Standard Oil
En 1890, el Congreso de los Estados Unidos aprueba la llamada Sherman Antitrust Act. Con ella se quería poner freno a cualquier tipo de prácticas monopolísticas que limitasen la competencia en el mercado.
Sin duda, la Standard Oil de Rockefeller estaba en el punto de mira de los impulsores de la ley.
De hecho, también muchos periodistas criticaron duramente a la compañía. Entre ellos, destacó Ida Tarbell que escribió un demoledor libro denunciando las prácticas menos ortodoxas de Rockefeller.
Como consecuencia de todas estas investigaciones e iniciativas legales, en 1907, Rockefeller tuvo que hacer frente a la multa más alta de la historia hasta el momento: 29.240.000 $.
Finalmente, y apoyándose en la Sherman Antitrust Act, el Tribunal Supremo estadounidense acordó en 1911 que la compañía debía dividirse en 34 empresas independientes.
Este es el origen de conocidas compañías del sector que perduraron hasta nuestros días. Entre otras, podemos citar a las siguientes:
- Chevron.
- ExxonMobil.
- ConocoPhillips.
En esta imagen puedes ver cómo evolucionaron las empresas surgidas de la división de la compañía original hasta nuestros días:
Sin embargo, esta desmembración de la Standard Oil no solo no perjudicó a Rockefeller, sino que incluso se enriqueció más: pasó de un patrimonio de 300 millones de dólares en 1911 a 900 millones en 1913.
#4. Habilidad inversora e ingresos pasivos
Pese a este conflicto legal, y como te contaba en la introducción, Rockefeller llegó a ser una de las personas más ricas de la historia, convirtiéndose en el primer «milmillonario» (billionaire).
Como decíamos, se estima que en el momento de su muerte tenía un patrimonio de unos 400.000 millones de dólares.
Desde luego, su compañía le proporcionó el grueso de su fortuna, pero no era su única fuente de ingresos.
En este sentido, hay que destacar la importancia de los ingresos pasivos.
A través de sus inversiones en todo tipo de empresas (sobre todo mineras y de materias primas, ferrocarriles y bancos), percibía enormes cantidades de dividendos cada año.
De este modo, a finales de la década de 1890 estaba cobrando en torno a 3 millones de dólares en dividendos al año.
En lo que se refiere a su estilo como inversor, Rockefeller podría ser considerado un «contrarian». Es decir, actuaba en sentido contrario al de la corriente de los mercados. De este modo, compraba sistemáticamente cuando las cotizaciones bajaban.
Rockefeller y la filantropía
Aunque menos conocida, la vena filantrópica de Rockefeller fue esencial a lo largo de toda su vida.
En este sentido, sus fuertes convicciones religiosas y la educación recibida en el seno familiar impulsaron grandes iniciativas en este ámbito, cuyos frutos llegan hasta la actualidad.
De hecho, las obras de caridad lo acompañaron en toda su carrera profesional, desde que ganó su primer sueldo con 16 años y hasta el momento de su muerte.
Sin duda, destacan las cuantiosas ayudas que ofreció a diversas instituciones educativas. Además, Rockefeller también fue el primer gran benefactor de la medicina en Estados Unidos.
Para ampliar su actividad filantrópica, creó la Rockefeller Foundation en 1913, a la que donó 250 millones de dólares de la época (que equivaldrían a unos 7.000 millones actuales).
Esta fundación sigue totalmente activa a día de hoy, encauzando el grueso de la actividad benéfica de la familia Rockefeller.
[Opinión personal] ¿Quién es John D. Rockefeller para mí?
En mi opinión, la figura de John D. Rockefeller, con todas sus luces y sombras, sigue resultando fascinante e inspiradora en pleno siglo XXI.
Aunque algunos de sus métodos puedan ser cuestionables con la perspectiva actual, no podemos negarle su increíble instinto y talento para los negocios. Y es que, con su insaciable curiosidad, construyó los cimientos de toda una nueva industria y llegó a dominarla en muy pocos años.
Al mismo tiempo, su carácter afable y una decidida inclinación a la filantropía nos ofrecen otra faceta muy distinta a la de ese magnate del petróleo que fue tan cuestionado en su época.
En cualquier caso, se trata de un gran inversor y empresario del que he aprendido mucho.
La habilidad con la que expandió sus negocios, reinvirtiendo gran parte de los beneficios y procurando aprender y mejorar día a día, sigue siendo una fuente de inspiración permanente.
Espero que este repaso de la biografía de John D. Rockefeller te haya parecido interesante y, por supuesto, también te haya dado mucho que pensar. No obstante, si quieres seguir profundizando en el tema, te recomiendo el magnífico libro Titan: The Life of John D. Rockefeller, Sr., de Ron Chernow.