Australia no descarta enviar armamento a Taiwán
El ministro de Defensa de Australia, Peter Dutton, no descarta enviar armamento a Tawián para contrarrestar a China, según sus declaraciones vertidas en el programa ABC Insiders emitido este domingo.
Durante la entrevista, el titular de la cartera afirmó que China está «amasando armas nucleares» y «militarizándose», al tiempo que comparó la amenaza de que Pekín recuperara Taiwán con el operativo militar de Rusia en Ucrania. «Creo que hacemos todo lo posible para disuadir a China de realizar actos de agresión en nuestra región», dijo Dutton, al responder si el país está dispuesto a armar a la isla.
«La pregunta es, como en el caso de Ucrania en este momento, si se trata de Taiwán, ¿se queda ahí? ¿Significa que China quiere tener este modelo de Estado subordinado del que [el exsecretario de Estado de EE.UU. Henry] Kissinger y otros han hablado a lo largo de la historia en el Indo-Pacífico? ¿Qué significa para nuestras relaciones comerciales con Malasia, Vietnam o Indonesia?», se preguntó el ministro.
Cuando el entrevistador le pidió dar una respuesta explícita sobre el suministro de armamentos a Taipéi o la posibilidad de que Canberra participara en un conflicto bélico por la isla, el alto funcionario señaló que la nación «se interesaría por cualquiera de esos conflictos o la amenaza de conflicto» que responda a sus «intereses nacionales».
Submarinos en el marco de AUKUS
Uno de los temas abordados en la entrevista fue el de la alianza trilateral AUKUS sellada en septiembre por Australia, EE.UU. y el Reino Unido, causando sorpresa en la comunidad internacional por los planes de Australia de dotarse con submarinos de propulsión nuclear, aunque el país reiteró su compromiso de no proliferación nuclear.
En particular, Dutton subrayó que la nación podría adquirir los sumergibles «mucho antes» de 2040, la fecha prevista inicialmente. El ministro prometió que «en un par de meses» darán a conocer detalles sobre la construcción y el diseño de los submarinos.
La creación de AUKUS provocó la rescisión del contrato multimillonario por parte de Canberra de un programa de suministro de sumergibles franceses convencionales.